a mia. No puede ser esta noche; pero lo que es manana, o
hablo, o me corto la lengua. Ya tengo estudiado el principio, y no se me
olvidara una letra. Cuando hable, me los como.
--Estoy por no dejarte entrar--le contesto gravemente su mujer.--Si yo
llevara calzones, ya me habian de oir. Asi y todo, si me pusiera a ello,
los volvia locos ... Si yo tuviera calzones, andaba por esos _clubes_ a
que quieres boca. Porque tengo mas verdades aqui en el buche....
--Ya veras manana a la noche si hablo o no. Es que cuando voy a empezar
me hace unas cosquillas la lengua ... y me trabo. Pero no tengas cuidado
que los voy a dejar aturrullados.
--iSerenata a Morillo!--dijeron cien voces.--Senores--exclamo uno de los
mas celebres oradores de la _Fontana_--vayase cada uno a su casa, que
estos desordenes nos van a desacreditar. Cada uno en paz a su casa; nada
de gritos.
Estos discretos consejos fueron saludados con murmullo prolongado de
reprobacion.
--?Quien es ese servilon?--dijo una voz aguardentosa, que no era otra
que la del sin par Chaleco.
--A casa de Morillo--repitio Calleja.--Mujer, traeme el almirez.
El gentio aumentaba con nuevas remesas enviadas de la plazuela de la
Cebada y del barrio del Salitre. Los socios de la _Fontana_ se habian
marchado, cerrose el club y solo quedaron en la calle los tres amigos y
Lazaro, que se despedia para ir en casa de su tio.
--Espera un instante para ver lo que sale de aqui--le dijo Javier
deteniendole.
A la sazon una persona daba fuertes golpes a la puerta de Calleja.
--?Que hay?--dijo este acercandose e interrumpiendo una patriotica y
barberil alocucion que habia comenzado.
--Que vaya usted en seguida a sangrar a don Liborio que esta muy malito.
--Demonio de enfermo: manana le sangrare.
--No puede esperar: vaya usted pronto--exclamo el criado.
--Senores, ?que hago?--pregunto el barbero a sus amigos.
--No vayas, Calleja: que se sangre el solo. Esta no es noche de
sangrias. iA casa de Morillo!
--Senores ... yo quisiera cumplir ... porque ya ven ustedes ... mi
profesion. La ciencia es lo primero.
--No vayas, Calleja.
--Senores, volvere en seguida. A ver--anadio abriendo la puerta de su
casa,--ciudadana, traeme las lancetas.
La ciudadana salio muy afligida, y le dijo:
--A ver como le ponemos una ayuda a Joaquinito, que esta muy malo. iSi
vieras que vomitona le ha dado! ?Se la pongo de malvas?
--Pongasela de demonios cocidos, hermana--exclamo Tres Peset
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