rzo inutil! El Comite
aguardaba tranquilamente en medio de la calle, armado de los famosos
"rayos negros". Le basto proyectarlos, para que una mitad de las tropas
huyesen a la desbandada y la otra mitad quedase tendida en el suelo.
Los soldados vieron como sus fusiles estallaban entre sus manos antes de
disparar y como se inflamaban las capsulas en sus cartucheras,
acribillandolos de heridas mortales. Los que estaban mas lejos,
espantados por el fenomeno, arrojaban las armas y se despojaban de sus
bolsas de municiones, viendo en el propio equipo militar un peligro de
muerte. Los oficiales, impulsados por el orgullo profesional, gritaban:
"iAdelante!", pero el revolver estallaba en su diestra, llevandoles la
mano y el brazo. Los artilleros abandonaban las piezas para huir, en
vista de que los armones llenos de proyectiles se inflamaban solos lo
mismo que si fuesen volcanes, haciendo volar los miembros de los hombres
despedazados.
Gracias a los "rayos negros", en unas cuantas horas se cambio el orden
de la vida, y el Comite vencedor se instalo en el antiguo palacio
imperial, decretando que habia muerto para siempre el gobierno de los
varones.
Mentiria si le dijese que este movimiento feminista fue unanime. Las
prudentes, las contemporizadoras, las amigas del hombre, acudieron
llorosas al Comite para suplicarle que no insistiese en su lucha contra
los tiranos masculinos. Debo anadir que estas conservadoras, faltas de
caracter y de dignidad sexual, eran en aquellos momentos la mayoria del
pais. Pero ?que revolucion no ha sido hecha por una minoria y no se ha
visto obligada a imponerse a la debilidad y el pensamiento miope de los
mas? El gobierno provisional del feminismo no presto atencion a estas
transfugas que lamentaban la muerte de los varones de su familia o
temian por la existencia de los que aun se mantenian vivos, prefiriendo
su egoismo particular a los intereses del sexo.
El Comite triunfador hizo bien en no oirias. Las revoluciones no se
miden por los dolores que originan, sino por los nuevos beneficios que
aportan al bienestar y la libertad de los humanos.
No quiero entrar en los detalles de la Verdadera Revolucion, pues esto
alargaria mucho mis explicaciones. Baste decir que al dia siguiente
andaban fugitivos y aterrados por todo el territorio de la Republica los
hombres, que horas antes se creian eternamente superiores. Era tal el
terror infundido por los "rayos negros", que todo el que tenia armas se
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