y hacia la corte al duque. Y el
general, viendo a su idolo en conversacion animada con los jovenes
casados, fatigado de que sus laberinticos requiebros no fuesen
comprendidos, ni tampoco sus restregones poeticos, vino a hacer lo
mismo. La marquesa y el sacerdote seguian cuchicheando vivamente alla en
un rincon, ella cada vez mas humilde e insinuante, sentada sobre el
borde de la butaca, inclinando su cuerpo para meterle la voz por el
oido; el mas grave y mas rigido por momentos, cerrando a grandes
intervalos los ojos como si se hallase en el confesionario.
--iQue par de bebes, eh!--exclamo Pepa en voz alta dirigiendose a
Mariana--. ?No es vergueenza que esos mocosos esten casados? iCuanto
mejor seria que estuviesen jugando al trompo!
Los chicos sonrieron mirandose con amor.
--Ya jugaran ... en los momentos de ocio--manifesto Cobo Ramirez con
retintin.
--iHombre, ca!--exclamo Pepa, volviendose furiosa hacia el--. ?Le han
dado a usted cuenta ellos de sus juegos?
Aquel y Emilio cambiaron una mirada maliciosa. Irenita, la joven casada,
se ruborizo.
--Te estan haciendo vieja, Pepa. Acuerdate que eres abuela--respondio
la senora de Calderon.
--iQue abuela tan rica!--exclamo por lo bajo Cobo, aunque con la
intencion de que lo oyese la interesada.
Esta le echo una mirada entre risuena y enojada, demostrando que habia
oido y lo agradecia en el fondo. Cobo se hizo afectadamente el
distraido.
--?Os ha pasado ya la berrenchina?--siguio la viuda dirigiendose a sus
hijos--. ?Cuanto duraran las paces?... iJesus, que criaturas tan
picoteras!... Mirad, yo no voy a vuestra casa porque cuando os encuentro
con morro me apetece tomar la escoba y romperla en las costillas de los
dos....
Los tertulios se volvieron hacia los jovenes esposos sonriendo. Esta vez
se pusieron ambos fuertemente colorados. Despues, por la seriedad que
quedo bien senalada en el rostro de Emilio, se pudo comprender que no le
hacian maldita la gracia aquellas salidas harto desenfadadas de su
suegra.
El general Patino, por orden de la bella senora de la casa, puso el dedo
en el boton de un timbre electrico. Aparecio un criado: le hizo el ama
una sena: no se pasaron cinco minutos sin que se presentase nuevamente y
en pos de el otros dos con sendas bandejas en las manos colmadas de
tazas de te, pastas y bizcochos. Momento de agradable expansion en la
tertulia. Todos se ponen en movimiento y brilla en los ojos el placer
del animal que va a satisf
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