s se contentaban con volver a
encerrarse en los terminos de su recinto, sin pensar al remedio de las
calamidades agenas: a que contribuyo tambien el haber seguido el mismo
sistema la imperial villa de Potosi, que creyo llenaba so obligacion con
poner a cubierto sus preciosas minas.
Cuando estaba para celebrarse en casa del Comandante, D. Ignacio Flores,
con un banquete, el buen exito que tuvo la accion de la Punilla, se
recibio la infausta noticia del horroroso hecho acaecido en la villa de
Oruro, con lo que se consternaron los animos de todos los convidados, y
se llenaron de amargura, convirtiendose en pesar el placer que tenian
prevenido. Y como es uno de los acaecimientos mas notables de esta
general sublevacion, no podra ser desagradable se refiera con extension,
y con todas las circunstancias que requiere un hecho de esta naturaleza.
El origen, pues, y las causas de esta funestisima tragedia, fueron
haberse divulgado en aquella villa las fatalidades acaecidas en las
provincias de Chayanta y Tinta, con un edicto que expidio Jose Gabriel
Tupac-Amaru, en que espresaba todas sus crueles y ambiciosas
intenciones: lo que, llegado a noticia del corregidor, D. Ramon de
Urrutia, juntamente con los extragos que causaba en las provincias de
Lampa y Carabaya, le determinaron a prevenirse para cualquier
acontecimiento. Formo companias de los _cholos_ y vecinos, para
disciplinarlas en el manejo de las armas, destinando diferentes sitios
para la ensenanza, donde concurrian semanalmente dos veces, y aprendian
con gusto la doctrina de sus maestros: algunos desde luego no aprobaron
esta diligencia, o porque eran adictos al principal rebelde Tupac-Amaru,
cuya venida deseaban con ansia, o lo mas cierto, porque eran sus
confidentes. Estos tales solamente concurrian a aquel acto para emular a
los que ensenaban, que eran europeos, y a formar diferentes criticas
sobre sus operaciones, al mismo tiempo que con insolencia fijaban
pasquines opuestos a la corona, censurando el gobierno del corregidor y
demas jueces. Entre ellos amanecio uno el dia 25 de Diciembre de 1780,
en que se anunciaba el asesinato, que despues egecutaron con los
europeos, y zaherian la conducta de D. Fernando Gurruchaga, Alcalde
ordinario, que acababa aquel ano, con dicterios denigrativos a su
persona, y de la justicia. Tambien prevenian en el a los individuos del
Cabildo, se abstuviesen de elegir Alcaldes europeos, porque si tal
sucedia, no durarian ocho dias, porqu
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