ima gota
de sangre. Pero el mirarnos indefensos, y el derecho natural de
conservar la vida, nos conducira, no a separarnos del servicio de S.M.,
y si a abandonar la provincia, dejando el egercicio de azogueros y
trabajo de minas, de que tanto beneficio le resulta al real erario; e
incorporandonos en la tropa del mando de V.S., caminaremos a su destino,
donde daremos las mas acrisoladas pruebas de nuestra fidelidad y amor
al Soberano.
"El perjuicio que, de abandonar V.S. a esta provincia, resulta a S.M.,
por todo evento es bien conocido, pues por el ramo de tributos, se
pierden anualmente mas de 20,000 pesos, y por los quintos y ramos
correspondientes al trabajo de minas de oro y plata, arriba de 50,000
pesos: y por lo tocante al ramo de alcabalas, renta de tabacos y
correos, bien considerable cantidad de pesos. De manera que, asi en el
embolso de real hacienda, como en el de los particulares fieles, vendra
S.M. a ser perjudicado en mas de un millon de pesos anualmente; y no es
de menos consideracion, el que V.S. tenga presente, ser este el transito
preciso, por donde pasa el correo de Buenos Aires al Peru, y por donde
se conduce el situado para dicha ciudad de Buenos Aires, y todo el
comercio de aquella con las provincias de la tierra: de modo que, esta
es la unica y precisa puerta para internarse a todo el Peru, porque
aqui igualmente se han de conducir los auxilios de viveres para las
plazas de Potosi y Chuquisaca, las que, abandonada esta provincia,
quedaron en asedio, expuestas totalmente a que por hambre se entreguen
al enemigo.
"La mente del Exmo. Senor Virey no debemos persuadirnos que sea
precisamente el que V.S. se presente en Chuquisaca, habiendo primero
urgencia de mayor atencion que remediar: pues para estos casos, que son
los no prevenidos, consideramos le de a V.S. las facultades necesarias
para operar segun su sabio conocimiento y pericia militar tuviese por
conveniente.
"El celo de la honra de Dios, y el culto de la sagrada religion que
profesamos, es uno de los puntos que V.S. debe fijar la atencion, pues
es notorio que los indios rebeldes, sin reparo a lo sagrado de los
templos y ministros de Jesu-Cristo, se arrojen intrepidos a la
profanacion de ellos, como lo han egecutado en dicho pueblo de Chocalla,
degollando dentro de la misma iglesia a D. Francisco Javier Carbonel, y
en esta de Tupiza, sacando del sepulcro el cadaver del corregidor, y
cortandole la cabeza; y en el de Tatasi prendieron al
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