ios de Anta y Chincheros, y la mayor parte de las tropas milicianas,
en que consistia la fuerza del ejercito, respecto al corto numero de
veteranos que en el tenia Sucesivamente fue recibiendo avisos de los
gefes de las demas columnas, en que le comunicaban iguales incidentes,
ocurridos con las tropas de sus respectivos mandos, y tambien que habia
sido atacada la de Langui por los rebeldes, mandados y dirigidos ya por
Diego Cristoval Tupac-Amaru, las noches del 18 y 20 de Abril, en que
tuvieron dos acciones muy sangrientas, en las cuales fue considerable la
perdida del enemigo, y muchos los heridos de nuestra parte, siendo
comprendidos en este numero el Comandante, D. Manuel Castilla, y algunos
oficiales principales. Atendidas estas criticas circunstancias, fue
preciso disponer con activas providencias, el pronto reemplazo de los
desertores, en que se emplearon 11 dias, y verificada esta diligencia,
se puso de nuevo en movimiento, con el cuerpo de tropas de su mando,
forzando cuanto pudo sus marchas para dirigirse al pueblo de Sicuani de
Su provincia de Tinta, con el intento de hacer entrar todo su ejercito
en las del Collao, para pacificarlas y sugetarlas a la debida obediencia
del Soberano.
A este fin dispuso que la columna del cargo de D. Manuel de Castilla,
corregidor de Paruro, siguiese el camino del pueblo de Macari, donde
habia de hacer alto, para esperar las ordenes posteriores. Que la de
Cotabamba, mandada por su corregidor, D. Jose Maria Acuna, se encaminase
para Checa, Quequi, Yauri y Coporaque, con el objeto de reducir estos
pueblos a la obediencia de S.M., y para su mejor exito se le
incorporaron los mestizos e indios de los pueblos de la provincia de
Quispicanche, que el celo del presbitero D. Felipe de Loaira, natural y
residente del pueblo de Oropesa, recluto de su propia voluntad,
anhelando patentizar las veras, con que se interesaba en los favorables
sucesos de las armas del Rey, gobernandolos y sirviendo al frente de
ellos. Que otra columna de 1,000 hombres, al cargo del Coronel de
Dragones del ejercito, D. Gabriel de Aviles, pasase a las cercanias del
pueblo de Munoz, con el fin de adquirir noticias de aquel pais, y de
castigar aquellos rebeldes: y el Comandante General, con el resto del
ejercito, paso la raya que divide el vireinato de Lima con el de Buenos
Aires, donde hallo la rebelion con el mayor furor y crueldad, porque
Diego Cristoval Tupac-Amaru, su nuevo caudillo temerario, recelando que
lo
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