ivos espresados, o porque, poseidas del temor,
repugnaron obedecer aquella disposicion, y solo la pusieron en practica
las de Paucarcolla y Chucuito, dirigidas por sus corregidores, Orellana
y Moya, que llegaron con los de Lampa, Azangaro y Carabaya al pueblo
indicado, desde donde salieron los tres ultimos para la ciudad de
Arequipa, en solicitud del auxilio que de antemano habia pedido Ore, y
los dos primeros volvieron a ocupar sus respectivas provincias, con las
tropas milicianas de ellas, donde permanecieron algun tiempo con la
resolucion de defenderse: pero sabiendo que Tupac-Amaru se hallaba en la
capital de Lampa, receloso el de Chucuito de los movimientos de sus
provincianos, que estaban ya muy inquietos, se retiro a Arequipa, y aun
Orellana. Hostigado de los clamores de los vecinos, que deseaban poner a
salvo sus vidas y haciendas, se vio precisado a buscar un seguro asilo,
a 12 leguas de distancia de aquella villa, y esperar con menos
sobresalto el socorro que tenia pedido, acompanado solamente de los
pocos que estuvieron enteramente determinados a seguirle, quitando por
este medio la ocasion de que aquellas provincias intentasen tal vez
redimir sus intereses del indulto que recelaban, con el atentado de
arrestar su persona, para entregarla despues al caudillo de la rebelion,
como lo solicitaba.
Verifico su determinacion el 11 de Diciembre de 1780, despues de haberse
divulgado por cierto, que Jose Gabriel habia pasado por Lampa, y que con
su ejercito se encaminaba a largas jornadas hacia Puno. Mando antes de
ponerla en practica, juntar todos los vecinos que se quedaban, y
animando sus espresiones cuanto pudo, les exhorto con viveza a que
conservasen la mayor fidelidad a nuestro legitimo Soberano, y que se
precaviesen de la sedicion y enganos del tirano: y dejando asegurada las
pocas armas que tenia, para que no se apoderase de ellas el enemigo,
marcho sin perdida de tiempo hacia la Sierra, donde se mantuvo, hasta
que adquirio noticia, de que despues de cometidos muchos estragos e
infamias en la provida de Lampa, y dejado secretamente la orden a sus
propios provincianos, para que lo prendiesen y se lo entregasen, habia
retrocedido inopinadamente hacia las provincias del vireinato de Lima,
con las tropas que le seguian, reflexionando serian otros graves y
semejantes motivos, los que retardaban el socorro que habia pedido a los
corregidores de la Paz y Arequipa: y para restablecer en la debida
obediencia las nuev
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