ovedad por un indio desertor, habian
hecho iguales demostraciones de jubilo, con sus cajas, bocinas y
repetidas algazaras, voceando a los sitiados, que el ejercito del Rey
que acababa de llegar, y venia mandado por el Visitador General de estos
reinos, D. Jose Antonio Areche, iba en su favor a castigarlos, por los
muchos indios que habian muerto, y que luego verificarian que Jose
Gabriel Tupac-Amaru habia procedido en virtud de orden de S.M., cuyas
espresiones eran solo el efecto de la sagaz politica con que el caudillo
Tupac-Catari y sus capitanes los tenian seducidos y enganados.
Hizo animo el General de pasar aquella noche dos leguas de Puno, con el
fin de presentarse a su vista al siguiente dia muy temprano, y tener el
tiempo suficiente para la operacion que conviniese practicar, y tomar
las disposiciones que fuesen necesarias: pero a las dos de la tarde tuvo
aviso que los rebeldes la habian asaltado de nuevo, con intento de pasar
a cuchillo a todos sus defensores, antes que recibiese el socorro que
esperaba. Acelerose la marcha, y a las 4 de la tarde se hallo el
ejercito en frente de la villa, y vio el General acreditado cuanto le
habian informado. Con la presencia de las tropas del Rey suspendieron
los enemigos al momento la accion, retirandose a un monte inmediato,
bastante elevado, y el ejercito campo en su falda por ser ya tarde, y
hallarse los soldados muy fatigados de la marcha, con resolucion de
atacarlos la manana siguiente: a cuyo fin se le previno a Orellana, que
en el momento que observase empezaba el ataque, hiciese una salida con
la guarnicion, para cortarles la retirada. Cuando se estaban tomando
todas las disposiciones para verificarlo, llego al campamento el
corregidor Orellana, acompanado de muchos oficiales, y llenos de gozo
refirieron, que los rebeldes habian desamparado aquella noche su
situacion, y que segun se reconocia, se habian dividido en varios
trozos, siguiendo cada uno distinta direccion.
Manifestaron con las mayores demostraciones de alegria su
agradecimiento, y aseguraron se habrian retirado y abandonado el pueblo,
si el corregidor de Arequipa, Baltasar Semanat, les hubiese dado el
auxilio que le habian pedido, para conseguirlo sin el riesgo de ser
interceptados. Se presento tambien el presbitero D. Casimiro Rios,
natural de Puno, que fue preso por los rebeldes en el camino de
Arequipa, aprovechando para su fuga la precipitacion con que los
sediciosos se habian retirado. Este infor
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