isionera, vestida a su uso, y en servicio de una de las
indias principales, y tambien para acabar de afianzar la quietud de
aquellos naturales, cuyas turbaciones se daban las manos con las de la
provincia de Porco, que suscitaban en Yora, Tomabe y otros pueblos,
algunos animos inquietos: las que dieron no pocos cuidados y desvelos a
la imperial villa de Potosi, que se vio muchas veces amenazada de ser
invadida por aquellos insurgentes, cuyos temores tomaban mayor
incremento, por la impericia militar y natural en un Gobernador togado,
que sobresaltaba y precavia mas de lo que era necesario, para las
amenazas que diariamente le dirigian los rebeldes, con el fin de
mantenerle en continuo subsidio, hasta que las acertadas operaciones de
Reseguin hicieron calmar todos los recelos, como lo espresa el mismo
Gobernador D. Jorge Escobedo, en carta de 9 de Abril de 1781, en que lo
dice aquel Ministro: "Confio se restablezca la quietud de estos lugares,
porque ya parece manifiestan el miedo, que los primeros pasos de Vd. les
ha dado; pues ayer hubo carta, en que piden se interceda por ellos para
el perdon, y en Tomabe podran a estas horas estar presos los
principales." Estas y otras noticias, que adquirio el Comandante, le
aseguraron el buen estado en que estaban aquella e inmediatas
provincias, y considerandolas ya libres del contagio que habian
introducido en ellas las diligencias de los sediciosos, determino
ponerse en camino el dia 11 del citado mes de Abril, sin esperar la
salida de la espedicion de Lipes, por los cuidados que mas adelante
llamaban su atencion. Pero no tardo mucho tiempo en saber, habia tenido
el exito mas feliz; cumpliendose exactamente cuanto habia prevenido en
las instrucciones que dejo a D. Antolin de Chabarri, y a quien nombro
Comandante de ella y de las milicias de Santiago de Cotagaita, que
dirigio con acierto aquella operacion, desempenando puntualmente todos
los encargos que se le habian confiado.
Continuo Reseguin las marchas, forzandolas cuanto le permitia su
debilidad, y la de los muchos enfermos que tenia; esforzabase en superar
las dificultades que le sobrevenian con este motivo, porque eran
repetidas las instancias que en todas ocasiones le hacia D. Ignacio
Flores, para que se acercase a la Plata. Los pueblos del transito se
esmeraron en dar las mayores pruebas de fidelidad, recibiendole con las
mas espresivas demostraciones que les permitia la infeliz constitucion
en que habian estado poco an
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