cinos, porque con apresurada diligencia venian a Tupiza los
Gobernadores indios, a implorar el perdon, manifestando su mayor cuidado
en acreditar no habia llegado el caso de sublevarse formalmente, lo que
dio lugar al comandante, para substanciar las causas a los reos que
tenia aprendidos, lo que se verifico militarmente, y justificados los
delitos sufrieron el ultimo suplicio 23 de los principales, y los
restantes se condenaron a presidio y azotes: todo lo que se egecuto sin
haber ocurrido la menor novedad, a pesar de las amenazas que se habian
publicado en algunos papeles satiricos, que prometian atacar la villa
para libertar los opresores. Se continuaron por aquel celoso oficial las
mas exactas y activas diligencias para recuperar los bienes robados, asi
de los espanoles que habian muerto, como de los que estaban fugitivos.
Consiguio juntar mas de 2,500 pesos, que devolvio a sus duenos,
precedidas las diligencias precisas de justificacion de legitimidad, y
entrego al juzgado de bienes de difuntos, sin mas cargo que el de rogar
a los interesados mantuviesen a sueldo, por algunos dias a su costa, las
milicias que tenia alistadas, con el fin de ahorrar a la real hacienda
este gasto, a que se convinieron gustosos, en atencion a los muchos
beneficios que les habia proporcionado.
Atento despues al establecimiento de la quietud publica, y considerando
que para conseguirla era preciso asegurar enteramente el recelo del
castigo, que susistia en algunos pueblos que habian contribuido en mucha
parte a aquella conspiracion, determine hacer publicar en todas las
iglesias, por sus respectivos curas, el edicto siguiente:--
_D. Jose Reseguin, Teniente Coronel de Dragrones, Comandante en Gefe del
cuerpo de esta clase destinado a la plaza de Montevideo y comisionado
por el Superior Gobierno de Buenos Aires a la pacificacion de las
Provincias sublevadas del Peru._
"Hago saber, que habiendo llegado a esta villa de Tupiza con una porcion
de gente, de la que ha dispuesto pase a la ciudad de la Plata, el Exmo.
Senor D. Juan Jose de Vertiz y Salcedo, Virey Gobernador y Capitan
General de las provincias del Rio de la Plata, &c., para establecer la
quietud y sosiego de las que estuviesen conmovidas y sublevadas, siendo
una de ellas esta de Tarija y Chichas, hallo conveniente hacer saber a
los Gobernadores, curas, segundas y demas habitantes de los pueblos de
su jurisdiccion, se mantengan sin la menor novedad en sus respectivos
domici
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