lios, continuando las tareas, faenas y trabajos, a que se
dedicaban antes de los presentes alborotos, porque de lo contrario
esperimentaran el mas severo castigo. Asimismo mando, que a cualquiera
individuo que se presente, aseguren y pongan a mi disposicion, a fin de
evitar en adelante, que estos mal intencionados aprovechen la ocasion de
sorprender y seducir los animos sencillos de los indios, robar las
haciendas, y cometer muchos atentados atroces, dignos de la mayor pena.
Asi tambien les hago saber, que las tropas y armas del Rey no vienen con
otro objeto que el de disipar las presentes turbaciones, castigar a los
culpados, y restablecer en todas partes el buen orden y administracion
de justicia. Por lo que encargo a todos muy particularmente no tengan el
menor recelo, ni abandonen sus habitaciones a la aproximacion de dichas
tropas, y les exhorto por el presente, a que se mantengan leales
vasallos de S. M., porque si asi no lo egecutaren, esperimentaran los
mas terribles efectos de severidad, trasladandome inmediatamente con
fuerzas competentes, para dar el merecido castigo a los que no diesen
entero cumplimiento a cuanto en este se previene. Dado en la villa de
Tupiza, a 20 de Marzo de 1781."
JOSE RESEGUIN.
Produjo esta diligencia, todos los favorables efectos que se esperaban,
porque con indecible diligencia se presentaron muchos indios
principales, representando sus pueblos, para asegurar al Comandante su
mas constante resolucion de mantenerse leales: de modo que en tan corto
tiempo quedo enteramente sosegada la provincia, y sin recelo las
inmediatas, que esperaban impacientes la llegada de la tropa, para dar
las mismas pruebas y demostraciones de fidelidad. Se volvieron a
trabajar las minas, se transitaba ya por las calles y caminos sin
cuidado, se despacho a la Plata y Potosi la balija de la correspondencia
del publico, que estaba detenida en Mojo, y todo volvio a tomar el orden
alterado por los sediciosos, y despues de algunas disposiciones
gobernativas y de precaucion, se puso Reseguin otra vez en movimiento,
el dia 5 de Abril de 1781, para el pueblo de Santiago de Cotagaita, a
donde habia hecho adelantar al capitan de infanteria de Savoya, D.
Joaquin Salgado, con 50 hombres, para sostener aquel vecindario, y
animar a sus milicianos que tuvieron la gloriosa determinacion de
mantenerse leales y contrarestar los esfuerzos y persuasiones de los
rebeldes, cuya heroica accion se hace acreedora a una perpetu
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