amente las cumbres de aquellos empinados cerros,
llevandose con los filos de la espada a todos los que no retiro la fuga;
dejando en el campo de batalla 400 cadaveres, con poca o ninguna perdida
de nuestra parte, y de sus resultas libre la ciudad del bloqueo en tan
breve espacio de tiempo, que pudo el Comandante General exclamar con
Julio Cesar:--_Veni, vidi, vinci_. Celebrose esta victoria con festivas
aclamaciones de _Viva el Rey_; e iluminandose la ciudad por tres noches,
se rindieron al Todo-Poderoso las debidas gracias, manifestandose la
alegria con todos aquellas senas con que acredita el amor, la sinceridad
del afecto. Este destrozo de los enemigos trajo las mas favorables
consecuencias, y hubieran sido mayores si se hubiese adelantado la
accion: pues asustada la provincia de Chayanta, depuso toda inquietud, y
para comprobar su arrepentimiento, entrego a los principales autores,
que fueron Damaso y Nicolas Catari, Santos Hachu, Simon Castillo y otros
varios, que todos murieron en tres palos: que asi burla la Divina
Providencia las esperanzas de los delincuentes, disponiendo caigan a
manos de la justicia, cuando se creen mas exentos de su rigor.
Este hecho acredita cuan conveniente era ganar los instantes, y obrar
con actividad contra los insurgentes, aprovechando la consternacion en
que se hallaban por el dichoso suceso de la Punilla, antes que
depusieran su espunto: pues los recelos y desconfianzas del Comandante,
y su caracter mas politico que militar, le hacian observar una lentitud
perjudicial a la causa publica. Y como vacilaba en un mar de dudas, paso
el tiempo en hacer prevenciones, con que disimulaba su manejo, que
pudiera haber variado con las repetidas pruebas de fidelidad y bizarria
que le tenian dadas los vecinos de la Plata, que justamente se han
quejado del concepto que le merecieron, porque consideraba no eran
capaces de sostener operaciones ofensivas en campo abierto sin el
auxilio de los veteranos que se esperaban: lo que debiera haber tentado
sin esta circunstancia, pues algo se ha de aventurar en los casos
estremos, en que no se presenta otro recurso. Estas detenciones
ocasionaron no pocos males, particularmente en las provincias de Chichas
y Lipes, que se sublevaron despues de aquel suceso, porque conocieron la
superioridad que tenian, y les manifestaba semejante conducta, y que no
eran muy temibles el Comandante y armas que se hallaban en la ciudad de
la Plata, cuando aun despues de vencedora
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