on su presencia. Uno de los barrios
del Cuzco, donde los Incas mantenian por magnificencia algunos de estos
animales, llevaba el nombre de _Amanucancha,_ "corral de las
serpientes."]
[Nota 2: O mas bien _Ttintti_, que en el mismo idioma quiere decir
"langosta."]
Habia frecuentado las universidades de Lima y del Cuzco, donde aprendio
lo bastante para descollar entre sus iguales. No contento con el
cacicazgo, que era hereditario en su familia, solicito ser reconocido
como descendiente legitimo de los antiguos dinastas del Peru, y habia ya
conseguido reasumir el titulo de _Marques de Oropesa_ que habian llevado
sus antecesores.[3]
[Nota 3: D. Martin Garcia Loyola, sobrino de San Ignacio, y
gobernador de Chile en 1583, caso con Clara Beatriz, _Coya_, hija unica
y heredera del Inca Sayri Tupac. De este matrimonio nacio una hija, que
paso a Espana, donde se enlazo con un caballero, llamado D. Juan
Henriquez de Borga, y a quien el Rey concedio el titulo de _Marquesa de
Oropesa_. De esta rama procedia tambien _Tupac-Amaru_.]
Preocupado con sus ideas de venganza, sintio la necesidad de adquirir
renombre, y derramo sus caudales para hacerse de clientes. Se puso
tambien en contacto con las personas mas influyentes del clero, a
quienes pintaba con los mas vivos colores los vejamenes que sufrian los
indios. Movidos por sus quejas, los obispos de la Paz, del Cuzco, y
otros prelados del Peru, las habian transmitido al Rey por medio de
Santelices, Gobernador de Potosi, muy inclinado a favor de los
naturales, y cuyos sufragios eran de un gran peso por el credito que
disfrutaba en la corte. Carlos III, principe justo y magnanimo, habia
acogido con interes estas suplicas, y para atenderlas con acierto habia
llamado al mismo Santelices a ocupar un puesto en su Consejo de Indias.
Con tan prosperos auspicios, D. Blas Tupac-Amaru, deudo inmediato de
Jose Gabriel, fue a Madrid a solicitar la supresion de la mita y los
repartos. Todo anunciaba un feliz desenlace, cuando la Parca trunco la
vida de estos filantropos, no sin sospecha de haber sido envenenados.
Solo, y expuesto al resentimiento de los que habian sido denunciados, se
resolvio Tupac-Amaru a echar mano de un arbitrio violento. Hallabase de
corregidor en la provincia de Tinta un tal Arriaga, hombre avido e
inhumano, que abusaba del poder para saciar su inextinguible sed de
riquezas. Hecho odioso al pueblo a quien tiranizaba, fue esta la primer
victima que le fue inmolada.
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