las simpatias y las antipatias se establecen rapidamente, y el
Morito era joven y habia simpatizado conmigo. Este muchacho solia estar
con frecuencia en una tienda de montanes de cerca de la Puerta del Mar.
Fui a buscarle, le encontre, le di el encargo de llevar la carta a
Dolores, y despues le dije que volviera por mi. Cenamos juntos el Morito
y yo; para las diez nos presentamos en la calle de los Doblones.
El Morito estaba contento de intervenir en un asunto un poco misterioso
como aquel.
--Tu vigila--le dije yo--, y si pasa alguno, avisame.
--Descuide usted--me contesto el.
A las diez en punto se oyo ruido detras de la reja; vi una vaga luz,
despues una falleba que chirriaba suavemente y una persiana que se
abria.
El corazon me golpeaba en el pecho como un martillo de fragua; crei que
me caia. Aparecio ella y extendio la mano. Yo la cogi entre las mias.
Estaba tan emocionado que no podia decir nada.
Dolores, de pronto, rapidamente, me dijo que se habia casado y que era
muy desgraciada. Habia comprobado que su marido, el marques, era el
amante de su madre, y ella queria vivir conmigo y abandonar Cadiz.
Yo quede asombrado, perplejo, sin saber que contestar. El Morito me saco
del apuro, porque se acerco a decirme que venia alguien por la acera.
Paso el transeunte y seguimos hablando Dolores y yo.
Al dia siguiente me esperaria en una casa proxima, que tenia una puerta
a otra calle, por donde yo entraria.
Se cerro la persiana, le avise al Morito que nos ibamos y me fui a la
fonda. No pude dormir en toda la noche. Realmente yo no estaba
enamorado, porque discurria friamente, con tranquilidad completa. Veia
que me jugaba mi porvenir. Mis relaciones con Dolores se averiguarian en
seguida, por muchas precauciones que tomaramos, y don Matias me echaria
a la calle en cuanto se enterara. A veces se me ocurria la idea de
marcharme al barco y encerrarme alli; pero me parecia vergonzoso.
Por la manana, despues de una noche de insomnio, me decidi a seguir la
aventura. Estaba convencido de que en el fondo no tenia carino por
Dolores; de que, probablemente, ella tampoco me queria; que obraba por
vengarse; pero no importaba; habia que ir hasta el fin.
Al dia siguiente nos vimos. Dolores habia cambiado en los dos anos que
no la veia. Era una mujer, pero una mujer esplendida, hermosisima. Yo
empece a sentirme como en un sueno.
--?Sera la vida asi?--pensaba al retirarme a la fonda.
Era un comenzar a vivir extra
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