vino la guerra, y los de Blefuscu nos quitaron las dos
provincias.
Entonces nosotros les imitamos, y durante varios anos los ninos de
nuestras escuelas aprendieron que habia que morir para recobrar estos
territorios, y hubo canticos iguales a los del pais enemigo, y los
hombres fueron todos soldados, y surgio una segunda guerra, en cuyo
transcurso recobramos las dos provincias....
Y los de Blefuscu se prepararon a su vez para una tercera guerra....
Al mismo tiempo habia luchas sangrientas entre los demas paises poblados
por gentes de nuestra especie. Ninguna nacion podia conformarse con sus
limites actuales. A la adoracion de los antiguos dioses habia sucedido
la idolatria de unos trapos de colores llamados banderas. Cada uno, con
agresivo fetichismo, consideraba que el trapo de su nacion era mas
hermoso que los otros y debia ondear triunfante sobre los paises
inmediatos. Las gentes separadas por un brazo de mar, un rio, una
montana o un bosque, llamados fronteras, se odiaban de un modo feroz,
sin haberse visto nunca.
Cada pais calumniaba al otro, inventando sobre el las mas absurdas
mentiras, y estas mentiras las aceptaban las generaciones siguientes sin
tomarse el trabajo de comprobarlas. De padres a hijos se perpetuaba la
degollina por la simple razon de que los abuelos tambien se habian
degollado.
Nunca se realizaron inventos con tan asombrosa rapidez; pero todos ellos
servian fatalmente para agrandar el arte de las matanzas. La ciencia se
habia hecho servidora de la guerra; los laboratorios temblaban de
patriotico regocijo cuando un descubrimiento proporcionaba la seguridad
de poder exterminar mayor numero de hombres. Las fabricas mas potentes
eran las de materiales para la guerra. Todos los paises rivalizaban en
una carrera loca, buscando adelantarse los unos a los otros en los
medios de destruccion. Los hombres se mataban sobre la tierra y sobre el
mar, y hasta en el ultimo momento llegaron a exterminarse en las
silenciosas alturas de la atmosfera.
Las fortunas mas grandes de cada pais las poseian los fabricantes de
armamento. La lucha industrial y los egoistas deseos de lucro tomaban un
caracter de abnegacion patriotica. Si un pais inventaba un canon enorme,
al ano siguiente el pais adversario producia otro dos veces mas grande.
Sobre las olas todavia era mas disparatada esta exageracion de los
medios ofensivos. Como Blefuscu y nosotros estamos separados por el mar,
nos lanzamos a una rivalidad dev
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