tros somos, nosotros somos Quirlis Carlos,
Carlos Quirlis, queriendole traer aqui.)
Y mientras en las provincias se organizaba y preparaba una guerra feroz
y sangrienta, en Madrid, politicos y oradores se dedicaban con fruicion
a los bellos ejercicios de la retorica.
* * * * *
Un dia de Mayo fueron Martin, Capistun y Bautista a Vera. La senora de
Ohando tenia una casa en el barrio de Alzate y habia ido a pasar alli
una temporada.
Martin queria hablar con su novia, y Capistun y Bautista le acompanaron.
Salieron de Sara y marcharon por el monte a Alzate.
Martin contaba con una de las criadas de Ohando, partidaria suya, y esta
le facilitaba el poder hablar con Catalina. Mientras Martin quedo en
Alzate, Capistun y Bautista entraron en Vera.
En aquel mismo momento, don Carlos de Borbon, el pretendiente, llegaba
rodeado de un Estado Mayor de generales carlistas y de algunos vendeanos
franceses.
Se leyo una alocucion patriotica, y despues don Carlos, repitiendo el
final de la alocucion, exclamo:
--Hoy dos de Mayo. iDia de fiesta _nasional! iAbaco_ el _extranquero_!
El _extranquero_ era Amadeo de Saboya.
Capistun y Bautista anduvieron entre los grupos. Se decia que uno de
aquellos caballeros era Cathelineau, el descendiente del celebre general
vendeano; se senalaba tambien al conde de Barrot y a un marques navarro.
Cuando llego Martin a Vera se encontro la plaza llena de carlistas;
Bautista le dijo:
--La guerra ha empezado.
Martin se quedo pensativo.
Volvieron Martin, Capistun y Bautista a Francia. Bautista gritaba
ironicamente a cada paso:--_iAbaco_ el _extranquero!_--Zalacain pensaba
en el giro que tomaria aquella guerra asi iniciada y en lo que podria
influir en sus amores con Catalina.
CAPITULO II
COMO MARTIN, BAUTISTA Y CAPISTUN PASARON UNA NOCHE EN EL MONTE
Una noche de invierno marchaban tres hombres con cuatro magnificas mulas
cargadas con grandes fardos. Salidos de Zaro por la tarde, se dirigian
hacia los altos del monte Larrun.
Costeando un arroyo que bajaba a unirse con la Nivelle y cruzando
prados, llegaron a una borda, donde se detuvieron a cenar.
Los tres hombres eran Martin Zalacain, Capistun el gascon y Bautista
Urbide. Llevaban una partida de uniformes y de capotes.
El alijo iba consignado a Lesaca, en donde lo recogerian los carlistas.
Despues de cenar en la borda, los tres hombres sacaron las muias y
continuaron el viaje su
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