principio, Fernando se encontro con que, en vez de poner la trucha
grande, la condenada del ama habia puesto la pequena, que no tenia mas
que raspa.
--Hombre, trucha--exclamo Fernando--le voy a hacer una pregunta.
--?Que le vas a preguntar?--dijo el cura riendo, en espera de un chiste.
--Le voy a preguntar a ver si por los demas peces que ha conocido se ha
enterado algo de como estan mis parientes al otro lado del mar, alli en
America. Porque estas truchas saben mucho.
--Hombre, si, preguntale.
Cogio Fernando la fuente en donde estaba la trucha y se la puso delante,
luego acerco el oido muy serio y escucho.
--?Que, contesta algo?--dijo burlonamente el ama del cura.
--Si, ya va contestando, ya va contestando.
--?Y que dice? ?Que dice?--pregunto el cura.
--Pues dice--contesto Fernando--que es muy pequena, pero que ahi, en esa
despensa, hay guardada una trucha muy grande y que ella debe de saber
mejores noticias de mis parientes."
Una muchacha que estaba en la cocina, al oir la anecdota, se echo a reir
con una risa aguda y comunico su risa a todos.
Rieron tambien de buena gana Martin y Bautista la manera de senalar del
truhan, pero el campesino aseguro que el no tenia arte para estos
cuentos.
Le instaron para que siguiera y el hombre conto una nueva ocurrencia de
_Pernando_.
"--Otra vez--dijo--fue a Idiazabal, donde habia un partido de pelota, y
llego tarde a la posada, cuando ya todos estaban sentados. El amo le
dijo:
--No hay sitio para ti, Fernando, ni probablemente tampoco habra comida.
--iBah!--replico el--. iSi me dierais de balde lo que sobre!
--Pues nada, todo lo que sobre para ti.
Se paseo Fernando por el comedor.
En la mesa redonda se habian sentado los dos bandos que habian jugado a
la pelota, separados. Fernando, viendo que traian en una fuente piernas
de carnero, dijo a dos o tres en voz baja:
--Yo no se de donde saca el amo estas piernas de perro tan hermosas y
con tanta carne.
--?Pero son de perro?--dijeron ellos.
--Si, de perro; pero no se lo digais a esos, que se fastidien.
--?Pero de veras, Fernando?
--Si, hombre; yo mismo he visto la cabeza en la cocina. iEra un perro de
aguas mas hermoso!
Dicho esto salio del comedor, y al volver tenian una cazuela con liebre.
Fue al otro extremo de la mesa y dijo a los del bando contrario:
--iVaya unos gatos mas buenos que compra este fondista a los
carabineros!
--iAh!, ?pero es gato eso?
--Si, no se lo d
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