de es usted?
--De Urbia.
--?Quiere usted que le nombremos alcalde de alla?
Martin reflexiono.
--Si, eso me gusta--dijo.
--Pues cuente usted con ello. Manana por la manana hay que estar aqui.
--?Van a ir tropas por Zugarramurdi?
--Si.
--Yo les esperare en la carretera, junto al alto de Maya.
Martin se despidio del general y de Briones, y volvio a Anoa, para
tranquilizar a su mujer. Conto a Bautista su conversacion con el
general; Bautista se lo dijo a su mujer y esta a Catalina.
A media noche, se preparaba Martin a montar a caballo, cuando se
presento Catalina con su hijo en brazos.
--iMartin! iMartin!--le dijo sollozando--. Me han asegurado que quieres
ir con el ejercito a subir a Penaplata.
--?Yo?
--Si.
--Es verdad. ?Y eso te asusta?
--No vayas. Te van a matar, Martin. iNo vayas! iPor nuestro hijo! iPor
mi!
--Bah, itonterias! ?Que miedo puedes tener? Si he estado otras veces
solo, ?que me va a pasar, yendo en compania de tanta gente?
--Si, pero ahora no vayas, Martin. La guerra se va a acabar en seguida.
Que no te pase algo al final.
--Me he comprometido. Tengo que ir.
--iOh, Martin!--sollozo Catalina--. Tu eres todo para mi; yo no tengo
padre, ni madre, ni tengo hermano, porque el carino que pudiese tenerle
a el lo he puesto en ti y en tu hijo. No vayas a dejarme viuda, Martin.
--No tengas cuidado. Estate tranquila. Mi vida esta asegurada, pero
tengo que ir. He dado mi palabra...
--Por tu hijo...
--Si, por mi hijo tambien... No quiero que, andando el tiempo, puedan
decir de el: "Este es el hijo de Zalacain, que dio su palabra y no la
cumplio por miedo"; no, si dicen algo, que digan: "Este es Miguel
Zalacain, el hijo de Martin Zalacain, tan valiente como su padre... No.
Mas valiente aun que su padre."
Y Martin, con sus palabras, llego a infundir animo en su mujer, acaricio
al nino, que le miraba sonriendo desde el regazo de su madre, abrazo a
esta y, montando a caballo, desaparecio por el camino de Elizondo.
CAPITULO IV
LA BATALLA CERCA DEL MONTE AQUELARRE
Martin llego al alto de Maya al amanecer, subio un poco por la carretera
y vio que venia la tropa. Se reunio con Briones y ambos se pusieron a la
cabeza de la columna.
Al llegar a Zugarramurdi, comenzaba a clarear. Sobre el pueblo, las
cimas del monte, blancas y pulidas por la lluvia, brillaban con los
primeros rayos del sol.
De esta blancura de las rocas precedia el nombre del monte Arrizuri
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