endedle! iPrendedle!
El herido era Carlos Ohando.
Martin dejo la lamparilla sobre la mesa de noche.
--Marchese usted--dijo la patrona--. Esta delirando.
Martin sabia que no deliraba; se retiro a la sala y escucho, por si
Carlos contaba alguna cosa a la patrona. Martin espero en su alcoba. En
la sala, debajo del altar, estaba el equipaje de Ohando, consistente en
un baul y una maleta. Martin penso que quiza Carlos guardara alguna
carta de Catalina, y se dijo:
--Si esta noche encuentro una buena ocasion, descerrajare el baul.
--No la encontro. Iban a dar las cuatro de la manana, cuando Martin,
envuelto en su capote, se marcho hacia la ermita del Puy. Los carlistas
estaban de maniobras. Llego al campamento de don Carlos, y, mostrando su
carta, le dejaron pasar.
--El Senor esta con dos Reverendos Padres--le advirtio un oficial.
--Vayan al diablo el Senor y los Reverendos Padres--refunfuno
Zalacain--. La verdad es que este rey es un rey ridiculo.
Espero Martin a que despachara el Senor con los Reverendos, hasta que el
rozagante Borbon, con su aire de hombre bien cebado, salio de la ermita,
rodeado de su Estado Mayor. Junto al Pretendiente iba una mujer a
caballo, que Martin supuso seria dona Blanca.
--Ahi esta el Rey. Tiene usted que arrodillarse y besarle la mano--dijo
el oficial.
Zalacain no replico.
--Y darle el titulo de Majestad.
Zalacain no hizo caso.
Don Carlos no se fijo en Martin y este se acerco al general, quien le
entrego las letras firmadas. Zalacain las examino. Estaban bien.
En aquel momento, un fraile castrense, con unos gestos de energumeno,
comenzo a arengar a las tropas.
Martin, sin que lo notara nadie, se fue alejando de alli y bajo al
pueblo corriendo. El llevar en su bolsillo su fortuna, le hacia ser mas
asustadizo que una liebre.
A la hora en que los soldados formaban en la plaza, se presento Martin
y, al ver a Bautista, le dijo:
--Vete a la iglesia y alli hablaremos.
Entraron los dos en la iglesia, y en una capilla obscura se sentaron en
un banco.
--Toma las letras--le dijo Martin a Bautista--. iGuardalas!
--?Te las han dado ya firmadas?
--Si.
--Hay que prepararse a salir de Estella en seguida.
--No se si podremos--dijo Bautista.
--Aqui estamos en peligro. Ademas del Cacho, se encuentra en Estella
Carlos Ohando.
--?Como lo sabes?
--Porque le he visto.
--?En donde?
--Esta en mi casa herido.
--?Y te ha visto el?
--Si.
--Claro,
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