te dire yo la verdad.)
Y la fuerza del consonante les hizo decir una porcion de disparates y de
astracanadas que produjeron el entusiasmo de la reunion.
Ambos merecieron placemes y aplausos. Luego, Dantchari aseguro que sabia
imitar la voz de tiple, y entre Bautista y el cantaron la cancion que
comienza diciendo:
Marichu, ?nora zuaz
eder galant ori?
(Maria, ?a donde vas tan bonita?)
Bautista cantando de mozo y Dantchari de chica, dirigiendose preguntas y
respuestas de burlona ingenuidad, hicieron las delicias de la
concurrencia.
Luego, Bautista canto la bella cancion del pais de Soul, que dice asi:
Urzo churia errazu
Nora yoaten cera zu
Ezpaniaco mendi guciac
Elurrez beteac dituzu
Gaur arratzean ostatu
Gure echean badezu.
(Paloma blanca, dime a donde vas. Todos los montes de Espana estan
llenos de nieve. Si quieres albergue para esta noche, lo tienes en mi
casa.)
Los de la partida aplaudieron, pero mas que esta cancion romantica les
gusto el duo anterior, y _el Jabonero_, comprendiendolo asi, compro a
Ipintza, _el Loco_, un papel, que era la letra de la nueva cancion de
Vilinch, llamada "Juana Vishenta Olave", escrita por el autor
adaptandola a un aire popular titulado iOrra Pepito!
La cancion de Vilinch era un dialogo amoroso entre el propietario de un
caserio y la hija del arrendador, a quien trata de conquistar.
_El Estudiante_ se puso las enaguas de la posadera y se ato un panuelo
en la cabeza, Bautista se calo un sombrero de copa que alguno encontro,
no se sabe donde, y cantaron ambos el duo ingenuo de Vilinch, y la
algazara fue tan grande que los cantores tuvieron que enmudecer porque
el Cura grito desde arriba que no le dejaban dormir en paz.
Cada cual fue a acostarse donde pudo, y Martin le dijo a Bautista en
frances:
--Cuidado, eh. Hay que estar preparados para escapar a la mejor ocasion.
Bautista movio la cabeza afirmativamente, dando a entender que no se
olvidaba.
CAPITULO IV
HISTORIA CASI INVEROSIMIL DE JOSHE CRACASCH
Los dos dias siguientes estuvo lloviendo y se paso la partida en la
venta haciendo algunos reconocimientos por los alrededores. Ni Zalacain
ni Bautista vieron al cura. Sin duda este no se presentaba mas que en
las circunstancias graves.
Como era natural entre tanta gente inactiva, se pasaron las horas al
lado del fuego hablando y contando diversos episodios y aventuras.
Habia
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