iritu.
Impulsado de un pensamiento religioso, espontaneo e indefinible, eche
maquinalmente pie a tierra, me descubri, y comence a buscar en el
fondo de mi memoria una de aquellas oraciones que me ensenaron cuando
nino; una de aquellas oraciones que, cuando mas tarde se escapan
involuntarias de nuestros labios, parece que aligeran el pecho
oprimido, y semejantes a las lagrimas, alivian el dolor, que tambien
toma estas formas para evaporarse.
Ya habia comenzado a murmurarla, cuando de improviso senti que me
sacudian con violencia por los hombros.
Volvi la cara: un hombre estaba al lado mio.
Era uno de nuestros guias, natural del pais, el cual, con una
indescriptible expresion de terror pintada en el rostro, pugnaba por
arrastrarme consigo y cubrir mi cabeza con el fieltro que aun tenia en
mis manos.
Mi primera mirada, mitad de asombro, mitad de colera, equivalia a una
interrogacion energica, aunque muda.
El pobre hombre, sin cejar en su empeno de alejarme de aquel sitio,
contesto a ella con estas palabras, que entonces no pude comprender,
pero en las que habia un acento de verdad que me sobrecogio:--iPor la
memoria de su madre! iPor lo mas sagrado que tenga en el mundo,
senorito, cubrase usted la cabeza, y alejese mas que de prisa de esta
cruz! iTan desesperado esta usted, que no bastandole la ayuda de Dios,
recurre a la del demonio!
Yo permaneci un rato mirandole en silencio. Francamente, crei que
estaba loco, pero el prosiguio con igual vehemencia:
--Usted busca la frontera; pues bien, si delante de esa cruz le pide
usted al cielo que le preste ayuda, las cumbres de los monies vecinos
se levantaran en una sola noche hasta las estrellas invisibles, solo
porque no encontremos la raya en toda nuestra vida.
Yo no pude menos de sonreir.
--?Se burla usted?... ?cree acaso que esa es una cruz santa como la
del porche de nuestra iglesia?...
--?Quien lo duda?
--Pues se engana usted de medio a medio, porque esa cruz, salvo lo que
tiene de Dios, esta maldita... esa cruz pertenece a un espiritu
maligno, y por eso la llaman _La cruz del diablo_.
--iLa cruz del diablo! repeti cediendo a sus instancias, sin darme
cuenta a mi mismo del involuntario temor que comenzo a apoderarse de
mi espiritu, y que me rechazaba como una fuerza desconocida de aquel
lugar; ila cruz del diablo! iNunca ha herido mi imaginacion una
amalgama mas disparatada de dos ideas tan absolutamente enemigas!...
iUna cruz... y del diablo!
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