a en el seno de su religion.
LAS HOJAS SECAS
El sol se habia puesto: las nubes, que cruzaban hechas jirones sobre
mi cabeza, iban a amontonarse unas sobre otras en el horizonte lejano.
El viento frio de las tardes de otono arremolinaba las hojas secas a
mis pies.
Yo estaba sentado al borde de un camino,[1] por donde siempre vuelven
menos de los que van.
[Footnote 1: un camino. The road to the cemetery.]
No se en que pensaba, si en efecto pensaba entonces en alguna cosa. Mi
alma temblaba a punto de lanzarse al espacio, como el pajaro tiembla y
agita ligeramente las alas antes de levantar el vuelo.
Hay momentos en que, merced a una serie de abstracciones, el espiritu
se sustrae a cuanto le rodea, y replegandose en si mismo analiza y
comprende todos los misteriosos fenomenos de la vida interna del
hombre.
Hay otros en que se desliga de la carne, pierde su personalidad y se
confunde con los elementos de la naturaleza, se relaciona con su modo
de ser, y traduce su incomprensible lenguaje.
Yo me hallaba en uno de estos ultimos momentos, cuando solo y en medio
de la escueta llanura, oi hablar cerca de mi.
Eran dos hojas secas las que hablaban, y este, poco mas o menos, su
extrano dialogo:
?De donde vienes, hermana?
--Vengo de rodar con el torbellino, envuelta en la nube del polvo y de
las hojas secas nuestras companeras, a lo largo de la interminable
llanura. ?Y tu?
--Yo he seguido algun tiempo la corriente del rio, hasta que el
vendaval me arranco de entre el legamo y los juncos de la orilla.
--?Y adonde vas?
--No lo se[1]: ?lo sabe acaso el viento que me empuja?
[Footnote 1: ?Y adonde vas?--No lo se. Compare these well-known
verses by the French poet Arnault:
De ta tige detachee,
Pauvre feuille dessechee,
Oh vas-tu?--Je n'en sais rien.
L'orage a brise le chene
Qui seul etait mon soutien;
De son inconstante haleine
Le zephyr ou l'aquilon
Depuis ce jour me promene
De la foret a la plaine,
De la montagne au vallon.
Je vais oh le vent me mene,
Sans me plaindre ou m'effrayer;
Je vais ou va toute chose,
Oh va la fenille de rose
Et la feuille de laurier.
]
--iAy! ?Quien diria que habiamos de acabar 'amarillas y secas
arrastrandonos por la tierra, nosotras que vivimos vestidas de color y
de luz meciendonos en el aire?
--Te acuerdas de los hermosos dias en que brotamos; de aquella
apacible manana en que, r
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