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--Pues es el caso, que en aquel tiempo remote, esta villa y algunas
otras formaban parte del patrimonio de un noble baron, cuyo castillo
senorial se levanto por muchos siglos sobre la cresta de un penasco
que bana el Segre, del cual toma su nombre.
Aun testifican la verdad de mi relacion algunas informes ruinas que,
cubiertas de jaramago y musgo, se alcanzan a ver sobre su cumbre desde
el camino que conduce a este pueblo.
No se si por ventura o desgracia quiso la suerte que este senor, a
quien por crueldad detestaban sus vasallos, y por sus malas cualidades
ni el rey admitia en la corte, ni sus vecinos en el hogar, se
aburriese de vivir solo con su mal humor y sus ballesteros en lo alto
de la roca en que sus antepasados colgaron su nido de piedra.
Devanabase noche y dia los sesos en busca de alguna distraccion propia
de su caracter, lo cual era bastante dificil, despues de haberse
cansado como ya lo estaba, de mover guerra a sus vecinos, apalear a
sus servidores y ahorcar a sus subditos.
En esta ocasion cuentan las cronicas que se le ocurrio, aunque sin
ejemplar, una idea feliz.
Sabiendo que los cristianos de otras poderosas naciones, se aprestaban
a partir juntos en una formidable armada[1] a un pais maravilloso para
conquistar el sepulcro de Nuestro Senor Jesucristo, que los moros
tenian en su poder,[2] se determino a marchar en su seguimiento.
[Footnote 1: armada = 'fleet.' The reference is probably to the
first crusade under Godfrey of Bouillon (1096-1099), which resulted
in the capture of Jerusalem and the temporary establishment of a
Christian kingdom in Palestine.]
[Footnote 2: que los moros tenian en su poder. See p. 35, note 4.]
Si realizo esta idea con objeto de purgar sus culpas, que no eran
pocas, derramando su sangre en tan justa empresa, o con el de
transplantarse a un punto donde sus malas manas no se conociesen, se
ignora; pero la verdad del caso es que, con gran contentamiento de
grandes y chicos, de vasallos y de iguales, allego cuanto dinero pudo,
redimio a sus pueblos del senorio, mediante una gruesa cantidad, y no
conservando de propiedad suya mas que el penon del Segre y las cuatro
torres del castillo, herencia de sus padres, desaparecio de la noche a
la manana.
La comarca entera respiro en libertad durante algun tiempo, como si
despertara de una pesadilla.
Ya no colgaban de los arboles de sus sotos, en vez de frutas, racimos
de hombres: las muchachas del pueblo
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