roducir el _Epicurismo_.
Siendo, pues, preciso que estas causas esten conexas con las cosas,
dimanan de ahi dos suertes de demostraciones: unas prueban las cosas por
sus causas, y se llaman _a priori_: otras descubren las causas por sus
efectos, y se llaman _a posteriori_; y ambas tienen su fuerza en el
necesario enlace con que las cosas y sus causas deben estar juntas. En
la naturaleza hay ciertas leyes generales, que siempre se guardan: hay
otras especiales y propias, que solo en ciertos casos se observan. Las
primeras conviene reducirlas a demostraciones por maximas universales,
ya se demuestren _a priori_, ya _a posteriori_. De esta clase son los
aforismos de Hippocrates: algunas maximas de la Fisica, aunque no tantas
como se cree: y las leyes generales, que van propuestas al principio de
mis _Instituciones Medicas_. Para hacer las demostraciones _a priori_,
conviene examinar las causas evidentemente sensibles, notando el modo
como concurren en sus efectos. _La vida de los animales no se puede
mantener sin la respiracion. El ayre aun del modo que se hace sensible
es preciso para respirar: luego el ayre es preciso para mantener la vida
de los animales_. Las dos premisas de esta demostracion son evidentes y
experimentales. _Aquello que estando presente excita los animales y las
plantas a la propagacion, influye en la generacion de estas cosas: el
Sol con su presencia excita los animales y las plantas a la propagacion:
luego el Sol influye en la generacion de estas cosas_. A este modo
pueden formarse muchas demostraciones _a priori_ sobre la necesidad del
agua para la vegetacion y nutricion, sobre el frio y el calor, sobre las
pasiones del animo y sus efectos, y, por decirlo de una vez, sobre todas
las cosas, cuyas causas se presentan a los sentidos. _Lo justo y honesto
son verdaderos bienes: todo bien verdadero es digno de ser estimado:
luego lo justo y honesto es digno de ser estimado_. En esta demostracion
_a priori_ las premisas son principios de razon natural; y de un modo
semejante se puede demostrar la inmaterialidad e inmortalidad del alma:
la existencia de Dios como primera causa, y otras cosas de esta clase,
como pienso hacerlo en otra parte.
[Nota a: _Pag. 74. y sig_.]
[Nota b: Virgil. _Georgic. lib. 2. vers. 490_.]
[Nota c: Wolf. _Ontolog. Pars 1. sec. I. cap. 2. Sec.. 70. pag. 28_.]
[46] Para hacer las demostraciones _a posteriori_, conviene saber que
hay ciertas causas que obran en la naturaleza oc
|