inmensos atributos de
Dios estuvieran sujetos a la flaqueza de los hombres. _Cuidad mucho_,
decia el Apostol, _no os engane alguno con la Filosofia_ (Epist. ad
Colossens. c. 2. v. 8.) ... _mis palabras no se fundan en las
persuasiones de la humana sabiduria_ (Paul. ad Corinth. epist. 1. c. 2.
v. 4.). En los libros donde se trata la Moral Christiana es donde hay
mas opiniones, debiendo ser donde hubiese menos. Es sumamente
perjudicial a la Religion y al Estado el estampar tantas Sumas de Moral
llenas de opiniones, y escritas con tan poca cultura, que mas parecen
libros para las Barberias que para las Iglesias. Si las costumbres han
de gobernarse por lo que ensenan las Divinas letras, las tradiciones
Apostolicas, la doctrina de los Padres, los canones de los Concilios,
que son los principios fundamentales de la Moral: ?como han de
dirigirlas los que solo estudian unas Sumas, donde lo que se trata no se
reduce a estas verdades fundamentales? Si el Derecho Natural y de
Gentes, y la razon instruida de estos principios, puede aprovechar
muchisimo a ilustrar las verdades catolicas sobre las costumbres: ?que
se ha de esperar de unos libros, donde no se trata nada de esto, ni sus
Autores por la mayor parte han cultivado este estudio; antes bien muchos
de ellos hacen alarde de despreciarlo? El Padre CONCINA en una erudita
Disertacion que compuso sobre esto, intenta probar que el Moralista que
da dictamenes de conciencia sin estudio fundado de las Divinas
Escrituras, de los Padres, y de los Concilios, falta gravemente a su
obligacion. En lugar de estos principios substituyen otros arbitrarios
que sirven para acomodarlos a sus opiniones. Han tomado por maxima
cierta que el Angel malo por la dignidad de la naturaleza angelica puede
todo quanto hace y executa la naturaleza: anaden otra maxima, que
habiendo quedado en los Angeles malos su ciencia, con ella pueden,
aplicando las causas eficientes a los sugetos (_activa passivis_), obrar
cosas maravillosas; de aqui han nacido los vuelos de las brujas, la
impotencia respectiva por maleficios, los hechizos, encantos, y otras
monstruosidades en que se emplean muchas paginas, y se pierde muchisimo
tiempo. De los Angeles buenos y malos, de su ciencia, de su poder, no
hay otras noticias que las de las Sagradas Escrituras. La Santa Iglesia,
fiel Interprete de ellas, nada nos manda creer sobre esta potencia tan
decantada, y mucho de lo que de ella se dice esta fundado en los
principios de la com
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