o de estos aparentes bienes, y dexa de juntar la
nocion del bien con semejantes objetos; antes algunas veces junta la
nocion del mal, la de lo aparente, la de lo enganoso, la de lo falso, y
de este modo aparta de la voluntad el amor desordenado de las cosas
bellas sensibles.
[32] Esta facilidad de detenerse los hombres en las cosas sensibles
nace, como ya hemos dicho, de que estas dexan en el cuerpo impresiones
que duran mucho, y con dificultad se borran; y como el alma corresponde
con ciertas representaciones, de ahi procede que le hagan mayor fuerza
las cosas que entran por los sentidos, que las que por si misma alcanza.
Este es el motivo de muchisimos errores, y en especial de que hacemos
mucho caso de lo que tenemos presente, y despreciamos lo venidero. Todos
los Christianos, y todo hombre que hace uso de la razon conoce la
eternidad, y sabe que no somos criados para este mundo, sino para el
Cielo; no obstante estamos tan atados con aquel, que muy pocas veces
pensamos en este, y es porque el mundo le tenemos presente, y obra
continuamente sobre nuestros sentidos, y la eternidad la miramos de
lejos; o, lo que es lo mismo, conocemos este mundo por los sentidos, y
al Cielo con la razon.
[33] Todas estas consideraciones tiran a fortalecer la razon contra las
apariencias de los sentidos, y a avisar a los hombres, que sus sentidos
son tal vez su mayor enemigo, que no deben facilmente dexarse llevar de
sus representaciones, y que no juzguen precipitadamente por solo su
informe sin consultar la razon. Hanse de mirar como instrumentos dados
por el Criador para la conservacion del cuerpo humano; y se ha de
advertir, que siendo los unicos medios por donde el alma empieza a
alcanzar las cosas, son tambien el principal origen de sus errores, y de
sus males. Si pudieramos lograr que los Materialistas, y Deistas de
estos tiempos se parasen a contemplar estas verdades, que son muy
ciertas y muy claras, acaso volverian en si, y dexarian su torpe
halucinacion, pues no conocen que toda su vida son como los ninos, que
nunca piensan mas que en lo que tienen presente, porque son solo
sensibles, y no exercitan la razon, ni son capaces de la buena Logica.
CAPITULO III.
_De los errores que ocasiona la imaginacion._
[34] No es posible comprehender en corto volumen los errores que
ocasiona la imaginacion; pero propondre los mas notables, y facilmente
podra el que fuese atento conocer de quantas maneras nos enganamos por
las r
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