io. El escribir la vida de una persona
virtuosa es instituto muy loable, porque es ofrecer a los lectores un
exemplo de virtud para imitarle y aspirar a la misma perfeccion. Pero he
visto muchos libros, que no muestran el fondo de virtud de sus heroes,
ni manifiestan el modo con que exercitaban la humildad, la paciencia, la
caridad, la mortificacion, la honestidad, y demas virtudes, antes se
trata esto de paso; y muy de proposito se ponderan las revelaciones
inmensas, las apariciones sinnumero, que tuvo la persona Venerable; y
casi se intenta probar la gran santidad de un Varon por el copioso
numero de revelaciones, y no por la prueba real y verdadera de sus
eminentes virtudes. Lo peor es, que despues de haber llenado un libro de
revelaciones, no se halla en todo el ni una sola prueba, de si fueron, o
no verdaderas, y es, porque los Escritores no lo dudan. Ya se queja de
estos descuidos Benedicto XIV. en su Obra de la Canonizacion de los
Bienaventurados, donde de proposito trata este mismo asunto. Y pocos
dias hace que se publico el tratado de _Revelaciones_ del famoso Critico
Eusebio Amort, merecedor de que le lean los que han de examinar
semejantes revelaciones, porque se trata este asunto con buena Logica y
justa Critica.
[48] Podrase decir contra esto, que algunas personas santas y virtuosas
dicen de si mismas haber tenido visiones y apariciones, por donde es
forzoso, o creerlas, o tener a tales personas por no veraces. Es asi que
hay muchas visiones y apariciones de Varones santos; y al mismo tiempo
es cierto que hay muchas apocrifas, o fingidas por otros que se las
atribuyen con animo deliberado de captar al Pueblo. Harto comunes son en
los libros los exemplos de entrambas. De las fingidas no hay necesidad
de hablar, sino, en sabiendo que lo son, desecharlas. De las personas
venerables por su virtud y santidad se ha de creer, que dicen lo que
sienten con veracidad; pero aun de este modo han de ser examinadas sus
visiones, porque cabe que sin faltar a la verdad, las apariciones no
sean aceptables. A dos clases se han de reducir las visiones y
apariciones: unas son sensibles, quando las cosas que no existen, pero
existieron, o han de existir, se presentan a los sentidos como actuales:
otras son mentales, quando la imaginacion tiene tan vivas las imagenes y
representaciones de los objetos que fueron, o han de ser, pero no son,
que el entendimiento los mira como presentes. Las primeras nunca suceden
sin un verdadero
|