no el
amor propio. Por esto vemos que los Aprobantes no dexan de manifestar su
erudicion, aunque sea comun, y citan Autores raros para hacerse admirar
(exceptuando a CASIODORO, que se cita en las aprobaciones por moda y
estilo), y todas estas cosas las hace el Aprobante por mostrar su saber,
con la ocasion, o pretexto de hacer juicio del escrito.
[84] Las satisfacciones impertinentes que dan los Autores en los
Prologos, son efectos del amor propio. El Prologo se hace para advertir
algunas cosas, sin cuyo conocimiento no se penetraria tal vez el
designio de la obra; o para dar a los lectores una descripcion general
de ella, para que se muevan con mayor aficion a leerla. Pero no poner en
los Prologos sino escusas, ponderaciones de su trabajo, y dexar a los
lectores para que juzguen si ha cumplido, o no con la empresa, son
exagraciones que ocasiona el amor propio. ?Pues que diremos de los
_perdones_ que piden? Pocas veces piden perdon a los lectores por
humildad, y casi siempre le piden por amor propio, porque creen con
estas prevenciones hallar mejor acogida en ellos. Despues nos dicen, que
los amigos, o alguna grande persona los ha obligado a imprimir el libro,
y no se olvidan de hacer poner en la primera hoja su retrato, para que
todos conozcan tan grande Escritor. Cuenta el P. MALLEBRANCHE[a], que
cierto Escritor de grande reputacion hizo un libro sobre las ocho
primeras proposiciones de EUCLIDES, declarando al principio, que su
intencion era solo explicar las difiniciones, peticiones, sentencias
comunes, y las ocho primeras proposiciones de Euclides _si las fuerzas y
la salud se lo permitian;_ y que al fin del libro dice, que ya con la
asistencia de Dios ha cumplido lo que ofrecio, y que ha explicado las
peticiones y difiniciones, y ocho primeras proposiciones de Euclides, y
exclama: _Pero ya cansado con los anos dexo mis tareas; tal vez me
sucederan en esto otros de mayor robustez, y de mas vivo ingenio._
[Nota a: Mallebranch. _Recherch. de la verit. tom. I. liv. 2. chap. 6.
pag. 417._]
[85] Quien no creyera, que este hombre con tantos aparatos, y deseando
salud y fuerzas, habia de hallar la quadratura del circulo, o la
duplicacion del cubo? Pues no hizo otra cosa, que explicar las ocho
primeras proposiciones de la Geometria de Euclides, con las peticiones
y difiniciones; lo qual puede aprender qualquiera hombre de mediana
capacidad en una hora y sin maestro ninguno, porque son muy faciles, y
no necesitan de ex
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