suerte que no se determine el juicio sino
despues del examen necesario. Las cosas suelen combinarse de muchas
maneras; y si el entendimiento no atiende a todas las circunstancias,
facilmente caera en el error, porque solo juzgara por la vista de una, y
debiera hacerlo despues de atender a todas. El examen es tambien
necesario, porque de otra forma lo que es incognito se tendra por
sabido, lo falso se tendra como cierto, y lo dudoso como ciertamente
verdadero[a]. Esto se hace mas comprehensible con exemplos, y lo
ilustraremos mas en los capitulos siguientes.
[Nota a: _Ne incognita pro cognitis habeamus, hisque temere assentiamus.
Quod vitium effugere qui volet (omnes autem velle debebunt) adhibebit ad
consderandas res, & tempus, & diligentiam._ Cicer. _de Offic. lib. I.
cap. 29_.]
CAPITULO VIII.
_De los Sofismas._
[104] Antiguamente llamaron Sofistas a los Sabios: y viendo SOCRATES que
en su tiempo habia muchos que no tenian mas que una sabiduria aparente,
y que procuraban enganar a los ignorantes con argumentillos caprichosos
y con sofisterias, empezo a dar a los falsos sabios el nombre de
Sofistas. Lo mismo hicieron PLATON, y ARISTOTELES, y ambos los
rechazaron con eficacia, porque Platon describio los enganos de los
Sofistas, y Aristoteles manifesto admirablemente todos los caminos de
que se aprovechaban para formar sus sofismas; de suerte, que este
Filosofo trato con perfeccion este asunto. Oxala le leyesen los que se
precian de Sectarios suyos.
[105] Los Romanos a imitacion de los Griegos llamaron Sofistas a los que
se aprovechaban de argucias, o vanos argumentos. Es, pues, el sofisma un
raciocinio que nada concluye, y tiene apariencia superficial de
concluir. Hay algunos sofismas tan claros y tan faciles de conocer, que
el mas rudo los desecha por enganosos. La sola Logica natural basta para
conocerlos, y qualquiera en oyendolos, comprehende que el tal
razonamiento no concluye, aunque no sepa la razon. Por eso los omitire,
proponiendo solamente aquellas fuentes generales de donde nacen muchos
sofismas que cada dia observamos, asi en las disputas, como en los
libros, amonestando a los jovenes que vean en Aristoteles sus trece
fuentes de los argumentos sofisticos, que ciertamente les servira mucho
para la cumplida inteligencia de este asunto. En primer lugar puede
colocarse aquel sofisma con que se prueba otra cosa de lo que se
disputa. Llamole Aristoteles _ignoratio Elenchi_. Elencho es el
sylogism
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