de la muchedumbre de cosas
inutiles, no tiene presente las nociones principales. Este defecto es
muy ordinario en los que emprenden obras muy largas. GALENO no supo
evitarlo, y estoy cierto que en algunos capitulos y tratados pudieran
quitarse muchas cosas sin hacer falta. En FORESTO, y ETMULLERO es
comunisimo este vicio; y aun en HOFFMAN se hallan razonamientos muy
inutiles y prefaciones molestas, que conducen muy poco, o nada al
principal asunto. Entre los Filosofos de las Escuelas es comunisimo este
defecto, como en los Letrados, y Comentadores, porque comunmente emplean
razonamientos inutiles, y nada conducentes al descubrimiento de lo que
intentan manifestar. Los que usan de vanos adornos en los escritos, de
lugares comunes, y sentencias vulgares, incurren en este defecto, porque
dicen cosas que nadie ignora, y quitadas no harian falta. Asi es suma
necedad empezar un discurso diciendo: _El tiempo es precioso, como dice
Seneca_; o de este modo: _La verdad es buena, como dice S. Agustin_,
porque estas sentencias son tan comunes, que todos las saben. Si uno
para probar la mortalidad humana dixera lo de HORACIO: _Pallida mors,
&c_. y para mostrar la poca constancia que los hombres tienen en las
amistades, dixera lo que se atribuye a CATON: _Donec eris felix, &c_
fuera cosa ridicula, porque estos son lugares comunes, o como suelen
decir de _N_, que se pueden acomodar a todos los asuntos, y en ninguno
hacen falta; y ordinariamente se descubre este vicio en los que afectan
la erudicion, y aunque sea vulgar la proponen en todos los casos que se
les ofrecen.
[Nota a: _Etiam interjectione, qua & Oratores, & Historici frequenter
utuntur, ut medio sermone aliquem inserant sensum, impediri solet
intellectus, nisi quod interponitur breve est._ Quintil. _lib. 8.
Instit. Orat. cap. 2._]
[Nota b: _Fit ut cum incidentes quaestiones, aliae quaestiones, & aliae
rursus incidentibus incidentes pertractantur, atque solvuntur, in eam
longitudinem ratiocinationis extendatur intentio, ut nisi memoria
plurimum valeat, atque vigeat, ad caput unde agebatur, disputator redire
nan possit._ S. August. _de Doctr. Chr. lib. 4. cap. 20._]
[128] El otro vicio que se comete en la brevedad consiste en omitir lo
preciso: _Brevis esse laboro, obscurus fio_, dice HORACIO[a]. El
principal designio del que ha de manifestar una cosa, debe ser
executarlo con claridad, para que pueda ser entendido. La claridad pide,
que nada se omita de lo que pueda con
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