en reflexion conoceran,
que no tanto los obliga a hacer los comentos el querer ilustrar a un
Autor, como querer acreditarse ellos mismos.
[87] El amor propio engana tambien a los sabios aparentes, haciendoles
creer que son sabios verdaderos, y que les importa que los demas lo
conozcan. Sus artificios se hallan explicados con gracia y agudeza en la
_Charlataneria de los Eruditos_ de MENKENIO; pero aqui advertire
solamente algunas particularidades para que los conozcan mejor, y los
traten segun su merito. Una de las cosas que mas comunmente hacen los
falsos sabios es hinchar la cabeza con lugares comunes de CICERON, de
ARISTOTELES, de PLINIO, y de otros Autores recomendables de la
antigueedad. Despues de esto cuidan mucho en tener en la memoria un
catalogo copioso de Autores: y si se hallan en una conversacion, vierten
noticias comunisimas, y dicen que ya Ciceron lo conocio, que ya se halla
en Aristoteles, y luego anaden, que entre los modernos lo trata bien
CARTESIO, y mejor que todos NEWTON. Si tienen la desgracia de encontrar
con uno, que este bien fundado en las Ciencias, y haya leido estos
Autores, y les replica, mudan de conversacion, y asi siempre mantienen
la fama entre los que no lo entienden. Lo mismo hacen en los libros,
citan mil Autores para probar lo que no ignora una vieja. Y una vez vi
uno de estos, que en una clausula de cinco lineas cito a LIEBRE, y a
BURDANIO para probar una friolera. Es tanta la inclinacion que tienen
los poco sabios a citar Autores, y mostrarse eruditos, que uno de ellos
en cierta ocasion hablaba de la batalla de Farsalia, que no la habia
leido sino de paso en alguno de los libros que no tratan de proposito de
la historia de Roma, y se le habia hinchado la cabeza de manera, que
decia: _Grande hombre era Farsalia_, y Farsalia no fue hombre grande,
ni pequeno, sino un campo, o lugar donde se dio la batalla entre CESAR,
y POMPEYO. Semejantes desordenes ocasiona el querer parecer sabios; y es
cosa certisima, que por lo comun es mejor la disposicion de
entendimiento de los ignorantes, que la de los sabios aparentes, porque
estos son incorregibles, y aquellos suelen sujetarse al dictamen de los
entendidos.
[88] Ninguno ha descubierto mejor las artes, y manas artificiosas de los
falsos sabios que el P. FEYJOO en un discurso, que intitula: _Sabiduria
aparente_[a]. Al mismo tiempo ninguno, sin pensar en ello, ha criado mas
sabios aparentes que este Escritor. Como trata tantos y tan varios
|