un hombre codicioso y credulo, que es facil
hacer oro del cobre, o del hierro. Por la credulidad facilmente se
convence: por la codicia lo cree con eficacia, porque ya hemos probado,
que qualquiera nocion si va junta con alguna fuerte inclinacion del
animo, se imprime con mayor fuerza. Si este hombre oye despues a otro
que prueba con razones concluyentes, que no es posible convertir el
cobre, ni el hierro, ni ningun otro metal en oro, lo oye con
desconfianza, y las razones evidentes no se proporcionan a su juicio,
porque esta preocupado, esto es, porque anticipadamente ha creido lo
contrario, y esta creencia ha echado raices en el entendimiento.
[90] No intento tratar aqui de toda suerte de preocupaciones, ya porque
fuera imposible comprehenderlas todas, ya porque muchas han sido
explicadas en los capitulos antecedentes: propondre solamente algunas
muy notables, que nos hacen caer en muchos errores. Quando somos ninos
creemos todo quanto nos dicen los padres, los Maestros, y nuestros
mismos companeros. El entendimiento entonces se va llenando de
preocupaciones, y si no cuidamos examinarlas, siendo adultos, toda la
vida mantenemos el error. El amor que tenemos a la patria, y a los
parientes, y amigos nos preocupa fuertemente[a]. Las nociones de estas
cosas las tenemos continuas, y las impresiones se van haciendo de cada
dia mas profundas; por esto nos hacemos a juzgar conformando nuestros
juicios con ellas, y muchas veces son errados. Despues cada qual alaba
su Patria, y la prefiere a qualquiera otra. Su Patria es la mas antigua
del mundo, porque ha oido contar a sus paysanos, que se fundo en tal, y
tal tiempo muy antiguo, y que se fundo casi por milagro. Esta
preocupacion arrebata a veces hasta hacer decir a algunos, que nada hay
bueno sino en su Pais; y en los demas todo es malo. Apenas hay
Historiador, que en ponderar las antigueedades de los Pueblos no cometa
mil absurdos y falsedades, por gobernarse, en lugar de buenos
documentos, por una vanisima credulidad y preocupacion. Yo oigo con
mucha desconfianza a estos preocupados alabadores de sus Patrias. Es
noticia harto vulgar, que los Griegos tenian por barbaros a todos los
que no eran Griegos; y habiendo sido los principales establecedores de
las Ciencias, no pudieron librarse de tan vana preocupacion.
[Nota a: _Sunt enim ingeniis nostris semina innata virtutum, quae si
adolescere liceret ipsa nos ad beatam vitam natura perduceret; nunc
autem simul, atque editi i
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