de existir, la posibilidad sola no muestra la existencia: asi, que
Ticio pueda ser Sacerdote, no es prueba de que lo sea. En las Escuelas
esta recibido, que de la potencia de una cosa a su actual existencia no
se arguye bien.
[55] Regla tercera: _Qualquiera cosa no solo ha de ser posible, y ha de
proponerse como existente, sino que su existencia con las circunstancias
con que se presenta, ha de ser verosimil_. Quando el hombre ve la verdad
con evidencia, o con certidumbre, no necesita de reglas para asentir a
ella; pero quando no puede lograr la certidumbre, ni la evidencia, desea
a lo menos la verosimilitud. Para entender esto mejor se ha de saber,
que siempre que el hombre ha de asentir a una cosa, ve antes si es
conforme o no con los primeros principios, con la experiencia, o con
aquellas verdades que tiene recogidas, y depositadas para que le sirvan
de fundamentos. Si aquello que se propone es claramente conforme con
estos principios, es evidentemente verdadero; si la conformidad de la
cosa con los principios no es clara, entonces considera si se acerca, o
no a ellos, y tiene por mas verosimil aquello, que nota tener mayor
conformidad con tales principios. Sea exemplo: Dice EUCLIDES, que todas
las lineas que en un circulo van desde la circunferencia al centro son
iguales, y que en todo triangulo los tres angulos equivalen a dos
rectos: el entendimiento halla tanta conformidad entre estas cosas, y
los primeros principios, que con un poco de atencion facilmente asiente
a ellas. Dice COPERNICO, y antes de el algunos antiguos, que la tierra
da cada dia una vuelta entera sobre su exe, y que en un ano la da al
rededor del Sol, que supone estar en el centro del mundo; y considerando
el entendimiento, que no se conforma este hecho que refiere Copernico
con las verdades que alcanzamos con los sentidos, le mira con
desconfianza.
[56] Regla quarta: _Para creer los hechos contingentes y expuestos a los
sentidos, no basta que sean verosimiles: es menester tambien que alguno
asegure su existencia_. Si los hechos son contingentes pueden existir, y
dexar de existir, esto es, considera el entendimiento, que la existencia
de ellos se puede conformar con los principios de la razon humana, y
tambien la no existencia: por consiguiente, atendida la naturaleza de
los hechos contingentes, tan verosimil es que existan, como que dexen
de existir. Para que el entendimiento, pues, pueda asentir a su
existencia, es menester que haya quien l
|