quando salen, nos
parecen mayores que en el Meridiano, y no es asi, porque son de
invariable grandeza. Miremos una torre que esta a la otra parte de un
monte de modo que de esta no veamos sino el remate, y nos parecera que
esta pegada al mismo monte, despues mirando la misma torre desde la
cumbre del monte nos parecera muy apartada. He conocido y tratado a un
hombre que veia los objetos al reves, y cada dia sucede que a los que
padecen vahidos les parecen moverse los cuerpos que estan quietos. Si
hacemos dar vueltas en derredor a una brasa encendida, nos parece que
siempre ilumina todo aquel espacio, y en la realidad la luz no esta mas
que en un punto del circulo que describe la brasa.
[5] Del mismo modo nos enganan los otros sentidos. Si cruzamos el indice
y el dedo _mediano_, y con los dos movemos sobre una mesa una bolita de
cera a la redonda, nos pareceran dos las bolas, y entonces nos engana el
tacto. Al enfermo parece amarga la bebida que es dulce para el sano, asi
nos enganamos por el gusto. Del mismo modo a uno parece picante una
cosa, y a otro salada; a veces un mismo manjar es sabrosisimo para uno,
y desabrido, y tal vez aspero para otro. Esto es tan comun, que no hay
necesidad de detenerme en probarlo, y puede verse tratado muy largamente
en Sexto Empirico. Lo que toca especialmente a la Logica es advertir,
que el error que se comete por los sentidos esta en el juicio, que suele
comunmente acompanar a las percepciones de ellos. Para comprehender esto
mejor, se ha de saber, que desde que nace el hombre hasta que empieza a
exercitar la razon, no le ocupan otros objetos que los sensibles. Hacese
con la continuacion a percibirlos de manera, que no examina en toda
aquella edad lo que le sucede quando percibe semejantes objetos, ni esta
dispuesto su entendimiento para hacer este examen. Siguese de esto, que
cree y juzga de las cosas segun le parecen quando se le presentan a los
sentidos, y no segun son en si, y por eso despues son los hombres tan
porfiados en mantener aquello que entonces juzgaron[a], porque aquella
edad es blanda, y las cosas que se imprimen en ella suelen durar a veces
toda la vida[b].
[Nota a: _Et natura tenacissimi sumus eorum, quae rudibus annis
percepimus, ut sapor quo nova imbuos durat ... & haec ipsa magis
pertinaciter haerent quae deteriora sunt._ Quintilian. _Instit. Orator.
lib. 1. cap. 1._]
[Nota b: _Quo semel est imbuta recens, servabit odorem. Testa diu._
Horat. _Epist. lib. 1.
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