la Retorica[b]. La mayor parte de los eruditos
no aprueban tan universal dictamen, y quantas invectivas emplearon los
antiguos y modernos contra este Arte, fue solo por desterrar el abuso
que se observa en algunos, que unicamente se aprovechan de el para
hacerse habladores hinchados. S. AGUSTIN[c], y muchisimos Escritores que
han examinado bien esta materia, juzgan, que en algunas ocasiones es
utilisimo el Arte de la eloqueencia, si se sabe hacer de el buen uso.
Como quiera que sea, sin introducirme en semejante queestion, me parece
que no puede ser acertado el dictamen del P. M. Feyjoo, porque debiera
haber antes estudiado de proposito la Retorica; haber visto el uso
artificioso con que se han aprovechado loablemente de ella los Griegos,
y Latinos; haber mirado de intento, no la Retorica pueril que suele
ensenarse a los muchachos, sino aquel arte racional de animar los
pensamientos, de mover los afectos, de excitar las pasiones, y de hacer
mas clara la verdad, lo qual no lo ha hecho, segun el mismo confiesa[d];
pues ?como ha de ser justo el dictamen sobre una materia no estudiada?
[Nota a: _Sin ex pari coeant_ (habla de la naturaleza, y del arte) _in
mediocribus quidem utrisque majus adhuc naturae credam esse momentum,
consummatos autem plus doctrinae debere quam naturae putabo, sicut
terrae nullam fertilitatem habenti nihil optimus agricola profuerit, e
terra uberi utile aliquid etiam nullo colente nascetur. At in solo
foecundo plus cultor, quam ipsa per se bonitas soli efficiet._ Quintil.
_Instit. orat. lib. II. cap. 19._]
[Nota b: V.P. Lami _Ordin. S. Bened. in libr. de Cognit. sui ipsius_, &
alii apud Dupin _de Verit. pagin. 315._]
[Nota c: S. Augustin. _lib. 4. de Doctr. Christ. cap. 2. num. 3. 6. 8._]
[Nota d: P. M. Feyjoo _Cart. erud. tom. 2. pag. 55. num 23._]
[25] Digo, pues, que pueden trabajarse las oraciones con estudio, y a
veces es necesario valerse del arte para hacerlas perfectas; porque el
fin principal del Orador es persuadir, y para esto algunas veces es
menester excitar los afectos, y animar las pasiones de los oyentes, lo
qual con el arte se hace maravillosamente. Demas de esto hay algunas
verdades que son intolerables a los hombres, y el Orador ha de hacerlas
suaves y acomodarlas a ser bien recibidas; por lo que en algunas
ocasiones es bien hacer un poco deleytable la Oracion; porque la verdad
que pareceria inadmitible por si sola, es bien recibida por lo dulce y
agradable que la acompan
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