uctoritas quaeritur; sed auctoritatem, aut natura,
aut tempus affert. Naturae auctoritas in virtute inest maxime. In
tempore autem multa sunt, quae afferant auctoritatem: ingenium, opes,
aetas, fortuna, ars, usus, necessitas, concursio etiam nonnumquam rerum
fortuitarum. Nam & ingeniosos, & opulentos, & aetatis spatio probatos
dignos, quibus credatur, putant: non recte fortasse, sed vulgi opinio
mutari vix potest, ad eamque omnia dirigunt, & qui judicant, & qui
existimant._ Cic. _Top. ad Treb. p. 672._]
LIBRO SEGUNDO.
CAPITULO I.
_DE LOS ERRORES QUE OCASIONAN los sentidos._
[1] La razon humana, como hemos dicho, y conviene tenerlo presente,
averigua las cosas de dos maneras, o por la fuerza de razonar, o por los
sentidos. Del primer modo alcanza los primeros principios, y verdades
que hemos llamado razon, o luz natural. Del segundo descubre la
naturaleza, y propiedades de los objetos sensibles y corporeos. Y aunque
sea verdad que las puras intelecciones, y raciocinios no se excitan en
el alma sino por las nociones sensibles que antes tiene de los objetos,
no obstante distinguimos estas dos clases para senalar los errores que
se mezclan en estos diversos modos de percibir las cosas, y empezamos a
explicar los que tocan a los sentidos, porque son las primeras sendas
por donde camina el alma acia el conocimiento de la verdad. Aqui
conviene advertir, que aunque el error como falsedad esta siempre en el
juicio que afirma, o niega una cosa de otra, suele tomar el motivo y
ocasion de la falta y poca exactitud de las nociones de las demas
potencias; y es preciso purificar a estas para que por ellas no yerre el
juicio. Asi que llamamos _error_ al presente qualquiera defecto de las
nociones mentales, que pueda dar ocasion a la potencia de juzgar para
enganarse, y recibir lo falso en lugar de lo verdadero.
[2] Dicen algunos, que los sentidos nos enganan con facilidad, y dicen
bien. Dicen otros, que el principal criterio; esto es, el principal
camino por donde se llega a la verdad, son los sentidos, y tambien
tienen razon. Consiste esto en que los sentidos son fieles en
representar las cosas segun se les presentan, y asi no enganan; pero
juzgando precipitadamente por el informe de ellos, caemos facilmente en
el error. Por esta razon ha de ponerse el cuidado posible en asegurarse
de las cosas que se ofrecen a los sentidos, pues por ellos, si se hace
debido uso de sus operaciones, se alcanzan muchas, y muy impor
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