verdades fundamentales, o las maximas que se deducen de
ellas, sirven de premisas en un sylogismo bien dispuesto, el
consiguiente es cierto y evidente, y el tal sylogismo se llama
_demostracion_; la qual no es otra cosa que un conocimiento cierto y
evidente de las cosas, deducido de premisas evidentes y ciertas.
Llamamos cierta la verdad de que estamos asegurados, como que no puede
faltar: _evidencia_ es el conocimiento que ademas de ser cierto y
seguro, nos muestra la verdad con la claridad misma con que solemos ver
las cosas. Asi la certeza como la evidencia se consiguen, o por medio de
la observacion experimental de los sentidos, o por los principios de la
recta razon. Tan cierto y evidente es para mi, que es injusto un agravio
que se me hace, lo qual conozco por la razon, como que estoy padeciendo
en mi cuerpo quando tengo un dolor, lo qual alcanzo por los sentidos.
Con la misma certeza y evidencia que tengo de que el Sol trae luz y
calor, que es verdad sensible, estoy asegurado que el Sol ha recibido
estas fuerzas de Dios, lo qual es verdad de razon; porque asi como soy
llevado a creer que el Sol trae consigo estas cosas, porque por si
mismas nunca subsisten, y en la presencia del Sol nunca faltan, ni mas,
ni menos conozco que el Sol de si mismo no tiene esta potencia por aquel
principio experimental, _que ningun ser corporeo viene de si mismo, sino
de otra causa_, y otro de razon natural, _que no han de ir estas causas
hasta el infinito_, sino terminar en un ser que sea el origen y
principio de todos los movimientos, y a este ser llamamos _Dios_. Asi
que la demostracion se ha de componer precisamente de verdades primeras,
o de maximas, que tengan necesaria conexion con ellas. Si hacemos
patente esta conexion en lo que tratamos, decimos que lo hemos
demostrado: si no hemos llegado a eso, hemos de procurarlo, ordenando
las verdades (en las Escuelas las llaman _pruebas_) de sylogismo en
sylogismo, hasta encontrar el enlace de lo que intentamos probar con las
verdades fundamentales. En llegando a estas no se ha de pasar mas
adelante, porque son evidentes por si mismas, y en viendolas no hay
entendimiento que no quede asegurado y convencido: de modo, que dicen
bien los Escolasticos, que no se ha de disputar con los que niegan los
principios, y que lo que es por si mismo claro, no necesita de pruebas.
Sea esto dicho de paso contra los Scepticos importunos y tupidos, que no
se rinden a la misma evidencia. Lock no estuvo co
|