me con su fantastica hermosura, que
parece que oscila al compas de la llama, y me provoca entreabriendo
sus labios y ofreciendome un tesoro de amor.... iOh!... si... un
beso... solo un beso tuyo podra calmar el ardor que me consume.
--iCapitan! exclamaron algunos de los oficiales al verle dirigirse
hacia la estatua como fuera de si, extraviada la vista y con pasos
inseguros... ?que locura vais a hacer? iBasta de broma y dejad en paz
a los muertos!
El joven ni oyo siquiera las palabras de sus amigos, y tambaleando y
como pudo llego a la tumba y aproximbe a la estatua; pero al tenderle
los brazos resono un grito de horror en el templo. Arrojando sangre
por ojos, boca y nariz habia caido desplomado y con la cara deshecha
al pie del sepulcro.
Los oficiales, mudos y espantados, ni se atrevian a dar un paso para
prestarle socorro.
En el momento en que su camarada intento acercar sus labios ardientes
a los de dona Elvira, habian visto al inmovil guerrero levantar la
mano y derribarle con una espantosa bofetada de su guantelete de
piedra.
MAESE[1] PEREZ EL ORGANISTA
[Footnote 1: maese. Obsolete for _maestro_, 'master,' a title of
respect.]
En Sevilla[1] en el mismo atrio de Santa Ines,[2] y mientras esperaba
que comenzase la Misa del Gallo,[3] oi esta tradicion a una
demandadera del convento.
[Footnote 1: Sevilla. Seville, the capital of the province of
Seville, is a city of some 148,000 inhabitants situated in the
southwestern part of Spain on the Guadalquivir River. In the
sixteenth century, during the reign of Philip II (1556-1598), at
which time the events of this story are supposed to take place,
Seville reached the height of its prosperity.]
[Footnote 2: Santa Ines. A convent church founded about 1374 by Dona
Maria Coronel, its first abbess, and situated in the street named
after her. The architecture is semi-Gothic.]
[Footnote 3: la Misa del Gallo. The midnight mass preceding
Christmas day. The introduction of the word _gallo_ has reference to
the early cockcrowing. Compare the expression _al primer gallo_, at
midnight.]
Como era natural, despues de oirla, aguarde impaciente que comenzara
la ceremonia, ansioso de asistir a un prodigio.
Nada menos prodigioso, sin embargo, que el organo de Santa Ines, ni
nada mas vulgar que los insulsos motetes que nos regalo su organista
aquella noche.
Al salir de la Misa, no pude por menos de decirle a la demandadera c
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