en el un hombre que se deslizo hasta el suelo con la ayuda de una
cuerda, y, por ultimo, una forma blanca, dona Ines sin duda, que
inclinandose sobre el calado antepecho, cambio algunas tiernas frases
de despedida con su misterioso galan.
[Footnote 1: la gotica torre. See p. 55, note i.]
El primer movimiento de los dos jovenes fue llevar las manos al puno
de sus espadas; pero deteniendose como heridos de una idea subita,
volvieron los ojos a mirarse, y se hubieron de encontrar con una cara
de asombro tan comica, que ambos prorrumpieron en una ruidosa
carcajada, carcajada que, repitiendose de eco en el silencio de la
noche, resono en toda la plaza y llego hasta el palacio.
Al oirla, la forma blanca desaparecio del balcon, se escucho el ruido
de las puertas que se cerraron con violencia, y todo volvio a quedar
en silencio.
Al dia siguiente, la reina, colocada en un estrado lujosisimo, veia
desfilar las huestes que marchaban a la guerra de moros, teniendo a su
lado las damas mas principales de Toledo. Entre ellas estaba dona Ines
de Tordesillas, en la que aquel dia, como siempre, se fijaban todos
los ojos; pero segun a ella le parecia advertir, con diversa expresion
que la de costumbre. Diriase que en todas las curiosas miradas que a
ella se volvian, retozaba una sonrisa burlona.
Este descubrimiento no dejaba de inquietarla algo, sobre todo teniendo
en cuenta las ruidosas carcajadas que la noche anterior habia creido
percibir a lo lejos y en uno de los angulos de la plaza, cuando
cerraba el balcon y despedia a su amante; pero al mirar aparecer entre
las filas de los combatientes, que pasaban por debajo del estrado
lanzando chispas de fuego de sus brillantes armaduras, y envueltos en
una nube de polvo, los pendones reunidos de las casas de Carrillo y
Sandoval; al ver la significativa sonrisa que al saludar a la reina le
dirigieron los dos antiguos rivales que cabalgaban juntos, todo lo
adivino, y la purpura de la vergueenza enrojecio su frente, y brillo en
sus ojos una lagrima de despecho.
EL BESO
I
Cuando una parte del ejercito frances se apodero a principios de este
siglo[1] de la historica Toledo,[2] sus jefes, que no ignoraban el
peligro a que se exponian en las poblaciones espanolas diseminandose
en alojamientos separados, comenzaron por habilitar para cuarteles los
mas grandes y mejores edificios de la ciudad.
[Footnote 1: una parte... siglo. The French armies of Napoleon
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