aquel relampago de celos.--A proposito. Con los bagajes he traido
hasta un par de docenas de botellas de _Champagne_, verdadero
_Champagne_, restos de un regalo hecho a nuestro general de brigada,
que, como sabeis, es algo pariente.
iBravo! ibravo! exclamaron los oficiales a una voz, prorrumpiendo en
alegres exclamaciones.
--iSe bebera vino del pais![1]
[Footnote 1: vino del pais = 'wine from home,' 'wine from our own
country.']
--iY cantaremos una cancion de Ronsard![1]
[Footnote 1: Ronsard. A celebrated French poet of the sixteenth
century (b. 1524, d. 1585) and father of lyric poetry in France.]
--Y hablaremos de mujeres, a proposito de la dama del anfitrion.
--Conque ... ihasta la noche!
--Hasta la noche.
III
Ya hacia largo rato que los pacificos habitantes de Toledo habian
cerrado con llave y cerrojo las pesadas puertas de sus antiguos
caserones; la campana gorda de la catedral anunciaba la hora de la
queda, y en lo alto del alcazar, convertido en cuartel, se oia el
ultimo toque de silencio de los clarines, cuando diez o doce oficiales
que poco a poco habian ido reuniendose en el Zocodover, tomaron el
camino que conduce desde aquel punto al convento en que se alojaba el
capitan, animados mas con la esperanza de apurar las prometidas
botellas, que con el deseo de conocer la-maravillosa escultura.
La noche habia cerrado sombria y amenazadora; el cielo estaba cubierto
de nubes de color de plomo; el aire, que zumbaba encarcelado en las
estrechas y retorcidas calles, agitaba la moribunda luz del farolillo
de los retablos, o hacia girar con un chirrido agudo las veletas de
hierro de las torres.
Apenas los oficiales dieron vista a la plaza en que se hallaba situado
el alojamiento de su nuevo amigo, este, que les aguardaba impaciente,
salio a encontrarles; y despues de cambiar algunas palabras a media
voz, todos penetraron juntos en la iglesia, en cuyo lobrego recinto la
escasa claridad de una linterna luchaba trabajosamente con las
obscuras y espesisimas sombras.
--iPor quien soy! exclamo uno de los convidados tendiendo a su
alrededor la vista, que el local es de los menos aproposito del mundo
para una fiesta.
--Efectivamente, dijo otro; nos traes a conocer a una dama, y apenas
si con mucha dificultad se ven los dedos de la mano.
--Y sobre todo, hace un frio, que no parece sino que estamos en la
Siberia,[1] anadio un tercero arrebujandose en el capote.
[Footnote 1:
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