uno, si es cuerdo, no
hallase dentro de si cada dia motivos de conocerlas[m]. Solo desea, que
nos conste que en tal, o tal sentido se han revelado las divinas
Escrituras, y que esto se ha de averiguar por la _razon_, que llama
_Religion natural_[n]. Pero si los Comentadores no son buenos, porque
tropiezan en la inteligencia de los vocablos: si la razon de los hombres
es corta, limitada, llena de obscuridad y de tinieblas: si nuestra
ignorancia es suma: si nuestros errores nos tienen enganados: si
nuestras luces en su raiz todas dependen de los sentidos: si nuestras
potencias, la memoria, la fantasia, el juicio nos faltan a cada paso: si
las verdades reveladas son superiores a nuestros conocimientos: si
nuestros afectos y pasiones nos ciegan y desfiguran las cosas, como
Lock lo confiesa todo y lo repite muchas veces en su obra, ?no fuera
imperfeccion en Dios haber puesto por interprete de su soberana mente en
cosas de la salud de los hombres lo mas obscuro, incierto, errable,
vago, inconstante y negligente, que es la razon humana y religion
natural? ?No se ha visto por experiencia, que entregadas las divinas
letras a los que siguen esta maxima, cada uno se ha tomado la licencia
de entenderlas a su modo, por usar cada uno de su razon de distinta
manera? Los Luteranos, primeros establecedores de esta maxima, las
explican de un modo, de otro los Calvinistas. Los Socinianos,
Arminianos, Syncretistas, los Quakers, y otros sectarios ?no siguen
doctrinas opuestas, fundandolas todas en las Sagradas Escrituras,
entendidas segun su razon, o segun su religion natural? Si las cosas del
uso de la vida expuestas a sus sentidos las yerran cada dia los hombres
por la flaqueza de su entendimiento, ?como dexaran de caer en grandes
errores quando quieran meterse a averiguar lo que es muy superior a sus
cortas luces? Es preciso, pues, que Lock conociese, aunque lo habia
callado, que el Interprete fiel y seguro de las Santas Escrituras en lo
que concierne a la salvacion de los hombres es la Iglesia, puesto que el
mismo Dios, segun consta por la revelacion, la ha dado para esto el don
de la infalibilidad, y debe todo Christiano, una vez que admita la
revelacion de las divinas letras, cautivar su entendimiento en obsequio
de la Fe que la Santa Iglesia le propone. Nunca la Iglesia Catolica ha
pretendido que el hombre no use de la razon para afirmarse en la
creencia de la divina ensenanza, ni ha dicho que se crean las cosas que
son evidentemente
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