Al senor Soraberri siempre se le olvidaba la especie. Casi todos los
dias el exsecretario se encontraba con Tellagorri y cambiaban un saludo
y algunas palabras acerca del tiempo y de la marcha de los arboles
frutales. Al comenzar a verle acompanado de Martin, el senor Soraberri
se extrano y miraba al muchacho con su aire de elefante hinchado y
reblandecido.
Penso en dirigirle alguna pregunta, pero tardo varios dias, porque el
senor Soraberri era tardo en todo. Al ultimo le dijo, con su majestuosa
lentitud:
--?De quien es este nino, amigo Tellagorri?
--?Este chico? Es un pariente mio.
--?Algun Tellagorri?
--No; se llama Martin Zalacain.
--iHombre! iHombre! Martin Lopez de Zalacain.
--No, Lopez no--dijo Tellagorri.
--Yo se lo que me digo. Este nino se llama realmente Martin Lopez de
Zalacain y sera de ese caserio que esta ahi cerca del portal de Francia.
--Si, senor; de ahi es.
--Pues conozco su historia, y Lopez de Zalacain ha sido y Lopez de
Zalacain sera, y si quiere usted manana vaya usted a mi casa y le leere
a usted un papel que copie del archivo del Ayuntamiento acerca de esa
cuestion.
Tellagorri dijo que iria y, efectivamente, al dia siguiente, pensando
que quiza lo dicho por el exsecretario tuviese alguna importancia, se
presento con Martin en su casa.
Al senor Soraberri se le habia olvidado la especie, pero recordo pronto
de que se trataba; encargo a su hija que trajese un vaso de vino para
Tellagorri, entro el en su despacho y volvio poco despues con unos
papeles viejos en la mano; se puso los anteojos, carraspeo, revolvio sus
notas, y dijo:
--iAh! Aqui estan. Esto--anadio--es una copia de una narracion que hace
el cronista Inigo Sanchez de Ezpeleta acerca de como fue vertida la
primera sangre en la guerra de los linajes, en Urbia, entre el solar de
Ohando y el de Zalacain, y supone que estas luchas comenzaron en nuestra
villa a fines del siglo XIV o a principios del XV.
--?Y hace mucho tiempo de eso?--pregunto Tellagorri.
--Cerca de quinientos anos.
--?Y ya existian Zalacain entonces?
--No solo existian, sino que eran nobles.
--Oye, oye--dijo Tellagorri dando un codazo a Martin, que se distraia.
--?Quieren ustedes que lea lo que dice el cronista?
--Si, si.
--Bueno. Pues dice asi: "Titulo: De como murio Martin Lopez de Zalacain,
en el ano de gracia de mil cuatrocientos y doce."
Leido esto, Soraberri tosio, escupio y comenzo esta relacion con gran
solemnidad
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