Avanzaba el dia: el
estudiante fue a casa de Ana y la encontro llorando; se asusto de verla
llorar; volvio a su casa, quiso entrar en el cuarto donde Clara hacia
los preparativos de su viaje, pero se tuvo miedo a si mismo. La vio
salir despues palida y con los ojos cansados de llorar. Al ver que se
despedia de su madre y de su abuelo, Lazaro corrio fuera por temor de
que intentara tambien despedirse de el. Salio y anduvo a prisa mucho
tiempo; salio del pueblo y se interno en el camino, lejos, muy lejos del
pueblo. De pronto sintio el ruido da la diligencia, que se acercaba. El
joven se detuvo, retrocedio; la diligencia paso rapidamente. Alli iba la
huerfana desolada, con el rostro oculto entre las manos. Las demas
personas que iban con ella se reian de verla asi. Lazaro la nombro, la
llamo dando un fuerte grito, y sin darse cuenta de ello corrio tras el
coche larguisimo trecho, hasta que el cansancio le obligo a detenerse.
La diligencia desaparecio.
Regreso al pueblo ya entrada la noche: al pasar por la huerta noto que
unos pajaros que acostumbraban dormir alli formaban diabolica algazara
con sus cantos disparatados y su inquieto aleteo. Apresuro el paso para
no oir aquello y entro en su casa. Su madre y su abuelo estaban muy
pensativos y melancolicos; ni les hablo ni le hablaron. Quedose solo; se
encerro y quiso leer un libro; quiso dormir, y quiso arrancarse de la
mente una como corona de hierro inflamado que se la quemaba y oprimia;
pero era imposible. Aquello era una irradiacion, que, a ser visible,
hubiera parecido una aureola. En su fiebre se quedo aletargado, y en su
letargo le parecio que de su cabeza brotaban llamas vivisimas que no
podia sofocar, y que sus sesos hervian como un metal derretido.
CAPITULO VII
#La voz interior#.
Aquel muchacho era sumamente impresionable, nervioso, de temperamento
ideal, dispuesto a vivir siempre de lo imaginario. Nadie le igualaba en
forjar incidentes venideros, enlazandolos para hacer con ellos una vida
muy dramatica y muy interesante; trabajaba involuntariamente con el
pensamiento en la elaboracion de estas acciones futuras; y siempre tenia
ante la imaginacion aquella gran perspectiva de hechos en que
desempenaba la principal parte una sola figura, el solo, Lazaro. Esta
vision perpetua, fenomeno propio de la juventud, tenia en el
proporciones extraordinarias; su fantasia tenia una poderosa fuerza
conceptiva, y puede asegurarse que esta gran facultad era p
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