os los mozalbetes del _Club de los
Salvajes_ hacian lo mismo, sin que Pinedo se diese por ofendido.
--Ahi tienes a Mariana--siguio este--que acaba de hablar perrerias de
ti, y con razon.
--?Pues?
--No haga usted caso, Ramoncito--exclamo la senora de Calderon asustada.
--Y Pepa tambien.
--?Usted, Pepa?-pregunto el mancebo queriendo demostrar desembarazo,
pero inquieto en realidad, porque la de Frias era con razon temida.
--Yo, si. Vamos a cuentas, Ramoncito, ?que se propone usted echando
sobre si tanto perfume? ?Es que pretende usted seducirnos a todas por el
organo del olfato?
--Por cualquier organo me agradaria seducir a usted, Pepa. La tertulia
celebro la respuesta. Se oyo una espontanea carcajada. Pacita la habia
soltado. Su mama se mordio los labios de ira y encargo a la hija que
tenia mas cerca que hiciese presente a la otra, para que a su vez lo
comunicase a la menor, que era una desvergonzada y que en llegando a
casa se verian las caras.
--iHombre, bien! choque usted--exclamo la de Frias, dando la mano a
Ramoncito-. Es la unica frase regular que le he oido en mi vida.
Generalmente no dice usted mas que tonterias.
--Muchas gracias.
--No hay de que.
--Ya hemos leido la pregunta que usted hizo en el Ayuntamiento,
Ramoncito--dijo la senora de Calderon, mostrandose amable para
desvirtuar la acusacion de Pinedo.
--iPs! cuatro palabrejas.
--Por ahi se empieza, joven--manifesto Calderon con acento Protector.
--No; no se empieza por ahi--dijo gravemente Pinedo--. Se empieza por
_rumores_. Luego vienen las _interrupciones.... (iEs inexacto!
iPruebemelo su senoria! La culpa es de los amigos de su senoria.)_ En
seguida llegan los ruegos y las preguntas. Despues la explicacion de un
voto particular o la defensa de una proposicion incidental. Por ultimo,
la intervencion en los grandes debates economicos.... Pues bien. Ramon
se encuentra ya en la tercer categoria, en la de los ruegos.
--Gracias, Pinedito, gracias--respondio el joven algo amoscado--.Pues ya
que he llegado a esa categoria, _te ruego_ que no seas tan guason.
--iHombre, tampoco esta mal eso!--exclamo Pepa Frias con asombro--.
Ramoncito, va usted echando ingenio.
El joven concejal fue a sentarse entre la nina de la casa y la menor de
Alcudia, que se apartaron de mala gana para dejarle introducir su silla.
Este Maldonado, muchacho de buena familia, no enteramente desprovisto de
bienes de fortuna y elegido recientemente concejal
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