vista que se encuentran en una posicion estrecha e incomoda,
pero no es asi, sino todo lo contrario, porque, entre el pie de las
casas y los muros fortificados, existe un gran espacio ocupado por una
serie de magnificas huertas. Tales huertas, protegidas de los vientos
frios, son excelentes. En ellas se pueden cultivar plantas de zona
calida como naranjos y limoneros.
La muralla, por la parte interior que da a las huertas, tiene un camino
formado por grandes losas, especie de acera de un metro de ancho con su
barandado de hierro.
En los intersticios de estas losas viejas, y desgastadas por las
lluvias, crecen la venenosa cicuta y el beleno; junto a las paredes
brillan, en la primavera, las flores amarillentas del diente del leon y
del verbasco, los gladiolos de hermoso color carmesi y las digitales
purpureas. Otros muchos hierbajos, mezclados con ortigas y amapolas, se
extienden por la muralla y adornan con su verdura y con sus
constelaciones de flores pequenas y simples las almenas, las aspilleras
y los matacanes.
Durante el invierno, en las horas de sol, algunos viejos de la vecindad,
con traje de casa y zapatillas, pasean por la cornisa, y al llegar Marzo
o Abril contemplan los progresos de los hermosos perales y melocotoneros
de las huertas.
Observan tambien, disimuladamente, por las aspilleras, si viene algun
coche o carro al pueblo, si hay novedades en las casas de la barriada
nueva, no sin cierta hostilidad, porque todos los habitantes del
interior sienten una obscura y mal explicada antipatia por sus
convecinos de extra-muros.
La cintura de piedra del pueblo viejo se abre en unos sitios por puertas
ojivales; en otros se rompe irregularmente, dejando un boquete que por
dias se ve agrandarse.
En algunas de las puertas, debajo, de la ojiva primitiva, se hizo
posteriormente, no se sabe con que objeto, un arco de medio punto.
En las piedras de las jambas quedan empotrados hierros que sirvieron
para las poternas. Los puentes levadizos estan substituidos por montones
de tierra que rellenan el foso hasta la necesaria altura.
Urbia ofrece aspectos varios segun el sitio de donde se le contemple;
desde lejos y viniendo desde la carretera, sobre todo al anochecer,
tiene la apariencia de un castillo feudal; la ciudadela sombria,
envuelta entre grandes arboles, prolongada despues por el pueblo con sus
muros fortificados que chorrean agua, presentan un aspecto grave y
guerrero; en cambio, desde el puente y u
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