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solamente algunos ladrones y espias, que habian sido muertos y
despojados de todas sus caballerias.
17. Por este tiempo el cura de San Borja, habiendo sido llamado
poco ha por los superiores, y habiendo sido enviado al de la
Trinidad, se decia que tambien habia bajado por el Parana a las
ciudades de los espanoles, y que otro habia sido puesto en su
lugar; despues que primero el cura de San Jose por algun tiempo
cumplio alli una comision y pesquiza secreta. Estas cosas
sucedian en la frontera de los Espanoles.
18. Y volviendo a los nuestros, y a los Portugueses, se
acercaban ya los Miguelistas con su capitan, que poco ha se
habia retirado de los otros pueblos, (este era Alejandro,
vice-gobernador de San Miguel) y la cierta venida de aquellos la
publicaba la fama, y la confirmaba o testificaba Sepe, uno de
los mas famosos centuriones.
19. Entretanto se celebraba en el campo la semana santa con la
devocion posible; y cumplidas las ceremonias y ritos de la
iglesia, que el lugar y tiempo permitian, de la Conmemoracion de
la Pasion Santisima del Senor, al tiempo que en las iglesias
cantan solemnemente el _Alleluya_, aparecieron dos piezas de
artilleria con sus guardas y custodias. Bajando despues de los
collados, y formados los escuadrones debajo de seis banderas,
presentaron mas de 200 hombres. Salieronles al encuentro los
escuadrones Luisistas con sus dos banderas, y saludandose
mutuamente, llevando su Santo Patron y otras imagenes de santos,
(los que esta gente acostumbra traer siempre consigo) a una
capilla hecha de ramos de palma, y habiendo corrido los
caballos, y hecho a su usanza ejercicio de las armas, se fueron
a un parage cercano, y se acamparon en lugar senalado para
los reales.
20. El dia siguiente, que era el de la Resurreccion del Senor, y
12 de Abril, celebrada antes la solemnidad, (es a saber, con
procesion y misa solemne) uno de los capitanes se fue a los
Juanistas, los que, aunque estaban vecinos, no acababan de
llegar, y dijo, que vendrian al dia siguiente, esto es, el
tercero de Pascua. Impacientes los Miguelistas de la tardanza, y
estimulados con las antiguas disenciones, reusaban esperar, y
estuvieron firmes en tomar solos con los Luisistas el camino
hacia los enemigos.
21. Se les exhorto con razones ya sagradas, ya politicas: es a
saber, ser debiles las fuerzas que no corrobora la concordia:
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