or los exploradores hacia los enemigos, y la misma
tardanza en el andar de aqui, daban algun credito a lo que se
decia. Parecio a los capitanes que debian acreditar esta
sospecha, lo que se egecuto. Mas los Luisistas dieron claro
indicio de su disgusto, cuando al dia siguiente, despues que se
hizo el camino de casi siete leguas, acampamos en las orillas
del rio Yaqui o Phacito; porque entonces el capitan de aquel
pueblo ofrecio que el formaria el ultimo escuadron, y mas
distante del rio, y de esta suerte mejor se cortaria a los suyos
cualquiera comunicacion que tuviesen con el enemigo. La
disposicion fue buena, pero la razon que se dio, manifesto el
animo resentido del que la alegaba, porque "asi (anadio) mejor
se conocera cual sea nuestra culpa."
26. En el mismo lugar se presento uno de los que mandaban la
artilleria, y dijo no haber provision de polvora mas que para
cuatro tiros de artilleria: y este aviso causo no poco cuidado,
porque pedir ahora la polvora a los pueblos, parecia imposible,
estando distantes 100 leguas; y era verguenza, estandose ya
cerca del enemigo, faltar el alma de los canones, y mostrar las
piezas mudas que no tronarian mas que una vez. Se pidio el
parecer del capitan superior, mas este afirmaba que habia 17
cargas, y para cada canon cuatro; y aun mas, fueron traidas:
entonces se vio claramente la mentira del artillero; con todo se
sentia la poca providencia que se habia tenido en esto.
27. El sabado _in albis_ se empezo a pasar el rio Phacido o
Yagui, y fue hallado mayor que lo que se habia pensado: porque
en aquel lugar es mas ancho que todos los rios que corren entre
estos pueblos, si se exceptuan el Parana y el Uruguay: por tanto
se tardo en pasarlo, y apenas este dia lo transitaron los
Miguelistas.
28. Al otro dia, por una grande lluvia, con dificultad pasaron
los Luisistas; y los Juanistas, como todavia esperasen socorro
de los suyos, determinaron pasar con el ultimo escuadron, y asi
impedidos el lunes con la misma lluvia, cerca del anochecer lo
vadearon a nado, llevando a hombro sus cosas.
29. Por este tiempo, pasado el Domingo, nuestros exploradores, a
quienes por seguridad se mando vigiar el campo, hallaron cinco
exploradores Lorenzistas, que llegaron a los reales despues de
visperas. Dijeron que tambien los suyos pasaban el rio unas
pocas leguas distantes de aqui; y que tambien ellos habian
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