illeria, y que venia a tomar por fuerza a los PP.) se
disponian estos a desamparar el pueblo, y quemar todas las cosas
que no permitia llevar el tiempo. La falta de carretas fue un
gran obstaculo: los indios cargaban los carros con las alhajas
de casa, y a toda prisa acomodaban todos los trastes: los
muchachos y mugeres montaron todos los caballos que habian
quedado a la mano, y caminaron hacia las montanas. En el mismo
dia, un carro, grande del P. que moraba en dicho pueblito, y que
por un incendio de la casa e iglesia, que poco ha habia
sucedido, vivia debajo de unos cueros y pabellon, (aun el dia
que llegaron los PP. que habian de tener cuidado de las almas de
los soldados) camino por adentro y hacia los pueblos, al cual,
como el peso y volumen, como v.g.: dos tachos grandes de metal
colado, siete campanas, casi treinta canones de fusil, que se
sacaron del incendio, una caja llena de instrumentos de hierro,
y otras cosas de este genero, le impidiesen caminar, las
primeras cosas las enterraron en el vecino bosque, otras en la
huerta, y otras en el mismo relente o canal. Finalmente,
habiendo salido de las chacras todos los moradores, se puso
fuego a las casas, y todo el pueblo ardio; y montando a caballo
ultimamente los PP., siguieron al pueblo.
91. Al ponerse el sol llegose a la montana llena de bosque, y
porque el temor del enemigo que se acercaba los tenia
desasosegados, habiase intentado pasar el monte: mas, como la
estrechez y escabrosidades del camino no permitiesen que pasasen
todos, una parte paro a la entrada de la selva, y la otra a la
cumbre de los montes, entre las llanuras de las selvas:
ultimamente, llegaron los PP. por medio de tigres que rugian y
de onzas, de terrible magnitud, en el silencio de la media
noche. Fueron despues de mediodia al pago y estancia de
Santiago, para estarse alli, mientras llegaba una detallada y
segura noticia de la mortandad, y se explorase el movimiento y
intencion del enemigo.
92. Al dia siguiente, muy temprano, he aqui que llegan 60
hombres valerosos de San Pablo, que eran los primeros que venian
al socorro ya tarde, y habiendose formado con algunos Luisistas,
y enfurecidos algun tanto, se acercaron a caballo a la capilla,
y despues, poniendose a pie, con audacia se presentaron delante
de los PP., y habiendo hallado a los tres en la puerta de la
capilla, con un razonamiento imperioso y ll
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