ndios, y los
PP. mismos en persona viniesen a el con los caciques y cabildos
rendidos y humillados: porque si no lo hacian asi, luego al
punto habia de egecutar todo lo contrario, vistas y oidas
las cosas.
103. Los Luisistas fueron los primeros que enviaron nuncios con
cartas para el Capitan general, en las cuales prometian que se
habian de mudar como les volviesen los cautivos, y les senalasen
tierras a proposito, las que en vano antes habian buscado. Los
Lorenzistas reusaban semejante legacia, pero se sugetaban al
parecer de uno. Los de Santo Angel ya habian hecho otra
semejante carta, y enviaron 20 hombres al Monte Grande, hacia el
pueblo de San Javier, a disponer el camino. Pero despues se
perturbaron todas las cosas por la pertinacia y sugestiones de
los demas pueblos, y porque diez caciques de la Concepcion
vinieron aca donde estabamos. Hicieron arrepentirse a los
Luisistas de su sumision, y mucho mas el enviado que volvio del
Gobernador, el que se resintio del semblante demasiadamente
serio con que fue recibido, y a mas de esto, por no haber
conseguido se les diesen sus cautivos; y mas que todo, porque la
carta de respuesta no se habia remitido a los indios, sino al
cura, y esta sobradamente seca e insipida. "No es esta la
respuesta, decian, por la cual se ha de entrar a la clemencia
del Rey. Debiase omitir que el cura con sus feligreses saliese
humillado, por estar esto bastantemente insinuado, envano
esperado, y no haber otro remedio." Ofendidos, pues, con estas
cosas, volvieron a la antigua obstinacion, y asi dispusieron
nuevas tropas contra el enemigo, en numero de 400.
104. Los Lorenzistas tambien, amedrentados por sus soldados que
habian vuelto, mudaron de parecer, o por mejor decir, lo
suspendieron. Los de Santo Angel empero, habiendo quitado por
fuerza las cartas al correo en el paso del Iguy, en donde los
militares superiores estaban fabricando un fuerte, y pasando
despues al pueblo, embistieron armados, y pidieron para deponer
al corregidor, o cabeza del cabildo, el que era autor de dichas
cartas. No obstante se apaciguaron los amotinados, emprendieron
otra cosa, sino solamente que los que estaban abriendo la selva,
con amenazas se les mando cesar en el trabajo. Se recogieron
pues en todas partes nuevas tropas, que se aprontaron despues
contra el enemigo.
105. Entretanto que los indios disponian estas cosas en
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