ando hayamos hablado de lo que sucedio por Julio; habiendose
pasado casi tranquilamente el resto de Mayo, y tambien Junio.
71. Dijimos casi tranquilamente, porque no hubo hostilidad
alguna: aunque no por esto dejaron los enemigos de maquinarlas,
pues siempre su descanso es una asechanza, y aunque no hagan
hostilidades, las estan disponiendo y proyectando. Por esta
causa, para privar a la confederacion de los auxilios que debian
dar a los Guaranis las infieles tropas de Guanoas gentiles, (las
que deben ser tenidas como enemigas, aun cuando son amigas, pues
a ninguno, ni aun a Dios, guardan fe) llamaron a ciertos
caciques de ellos, y los llevaron a un castillo que estaba mas
inmediato, para persuadirles lo que querian:--lo que es facil de
conseguir de una gente pobre, y deseosa de donecillos, regalos y
vestidos de ante o coletos. Fueron algunos a dicho fuerte por
las dadivas, y tambien (lo que entre cristianos es abominable y
vedado por excomunion) casi los violentaron con las armas, y se
dijo que tambien los habian corrompido o sobornado. Asi lo
contaron despues a nuestros Miguelistas otros caciques de los
Minuanes, que habian participado de los dones o regalos. Que
algunos de los suyos habian sido pagados para la guerra, y
principalmente uno llamado Moreira, para que en la siguiente
expedicion custodiase los bagages de los Portugueses con su
gente. Que tenian mucha ropa, armas, y se veian armados, y estar
instruidos con alfanges para este fin. Fuera de esto que los
Portugueses, confiados en esta esperanza, erigian un fuertecillo
que habia de servir de oportuno presidio a los reales que se
habian de formar en las montanas de San Miguel, cercanos a las
estancias de Santa Maria, las que se llaman de Yacegua: pero que
tambien otros caciques de la nacion se escusaban, y que por
tanto avisaban con anticipacion a los amigos lo que se habia
tratado. Por esto fueron despues senalados exploradores
catolicos o cristianos del pueblo de San Miguel, los cuales con
la guarnicion que estaba en los ultimos terminos de la
jurisdiccion, debian correr la tierra. Recorrieronla, y avisaron
que no parecia enemigo alguno, y reconviniendo al mismo Moreira,
afeandole su hecho, confeso que verdaderamente el habia sido
llamado de los Portugueses, y solicitado con dones por las cosas
sobredichas, pero que de ninguna suerte habia consentido: por lo
cual se habia retirad
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